Scano Boa, la última frontera del Delta

Para no perderse

Tras desembarcar en Scano Boa, semioculta entre los tamarindos, se encuentra una "casone" ( casona) que, según se dice, fue testigo de la epopeya de los pescadores de esturiones: sus paredes y su tejado están derrumbados, la única parte en mampostería es la chimenea que se prolonga hacia la chimenea alta. Ya el traslado desde Ca' Tiepolo hasta el scanno fue emocionante, primero navegando por el gran río, ahora cerca de su desembocadura, y luego avanzando por los cañaverales que se abren a una secuencia de lagunas costeras. Luego está la playa, en su estado natural, y no podía ser de otro modo, tan mar adentro, abarrotada de troncos arrastrados por el río y blanqueados por el sol. En el cielo, vuelos de blancas golondrinas de mar, que luego se abalanzan de cabeza sobre un pez. Y luego, los ostreros, con su librea negra y su pico del color del coral, damas vigilantes de las dunas barridas por el viento.

Un poco de historia

Viajar con un libro bajo el brazo, así se dice cuando una visita puede beneficiarse de la lectura sobre el lugar. En el caso que nos ocupa, se trata de un libro de 1961 con el lapidario título de Scano Boa. El autor fue Gian Antonio Cibotto (1925-2017), uno de los periodistas históricos del Gazzettino di Rovigo, a quien le gustaba describirse como un escritor "extinto", es decir, proclamarse ajeno a la sociedad actual e irresistiblemente atraído por la esfera de la memoria. Tanto es así que en torno a la figura legendaria del pescador de esturiones tejió una historia ambientada en esta pequeña isla al borde de la realidad. El incipit lo dice todo: "Advertencia: es inútil buscar en el mapa los lugares mencionados en este libro..... La exactitud geográfica no es más que una ilusión. El delta del Po, por ejemplo, no existe. Lo mismo ocurre, con mayor motivo, con Scano Boa. Lo conozco, he vivido allí".

Curiosidad

De la novela de Cibotto, Scano Boa - Violencia en el río, se hizo una película que ocupó algunos titulares a principios de los años sesenta. La transposición en blanco y negro de Renato Dall'Ara, cineasta del periodo neorrealista, explota un episodio de la actualidad local -en la misma barca que transporta a un muerto, única forma de llegar al cementerio, una joven da a luz a un bebé- injertándolo en una trama de colores oscuros que se inspira en la epopeya del esturión en el lejano Delta. El cine, como sabemos, suele ser aficionado a las historias de frontera, y el caso de Scano Boa ofrece una de extraordinaria intensidad en clave polesina. La escena inicial en la lonja: un enorme esturión se vende por dos mil liras, una suma fabulosa, y el director se detiene en la casamentera que entrega los billetes en manos del afortunado pescador ante la mirada incrédula de los espectadores...