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Mondaino, o la belleza de la forma...
Es difícil elegir entre los pueblos de las Colinas de Rímini, pero aquí se podría decir, parafraseando al poeta, que esta maravilla entre sus maravillas sobresale
¿Dónde está?
Rímini, no sólo mar
Mondaino es uno de los pueblos medievales del sorprendente interior de R ímini. A una docena de kilómetros del Adriático, se alza en la divisoria de aguas entre los valles del Foglia y del Conca, en una posición que sugiere ante todo su antigua función de guarnición militar y, aún antes, de santuario pagano. Un "lugar alto", todavía generoso con vistas intemporales, un mosaico ondulante de bosques y campos cultivados, la brisa marina hacia los Apeninos como una caricia que los anima.
Leonardo en Mondaino
El rumor de que Leonardo da Vinci tenía un conocimiento preciso de estas tierras se fundamenta, entre otras cosas, en el retrato de Federico da Montefeltro, indefectiblemente de perfil, que el maestro esbozó al pastel. Científico, pintor y, entre otros muchos talentos, también arquitecto militar. No es de extrañar, por tanto, conocer uno de sus bocetos topográficos en el que recogía como elemento relevante la aldea de Monda, la actual Mondaino. Un documento que, por cierto, sugiere el origen del topónimo, del gótico Mundawins, 'lugar fortificado', más que de un más intrigante Monte dei Daini, refiriéndose despreocupadamente a la presunta existencia de un antiguo culto a Diana, la diosa de la caza que frecuentaba los bosques que cubrían sus laderas.
Recreaciones y sabores medievales escenificados en Mondaino
La singularidad de Mondaino reside en su forma urbis, que, como otros pueblos de colina, está inervada por una carretera de cumbre, que aquí confluye en una airosa plaza porticada, con el telón de fondo de lo que queda de la fortaleza malatestiana. Todo ello crea un marco perfecto para los acontecimientos que animan el calendario de la ciudad, hasta cierto punto recreaciones históricas que remontan a las glorias medievales, pero también a la actualidad de los sabores, insinuando sólo quesos, embutidos y trufas... Debe de ser también por esta razón que la larga Via Roma, como el mango, y la redonda Piazza Maggiore, como la espalda, se conocen cariñosamente como "la sartén " (pero sólo los nativos tienen derecho a hacerlo).
La fortaleza
"Un lugar fuerte e importante, que no puede ser conquistado bajo ninguna condición", así describió Mondaino Federico da Montefeltro, señor de estas tierras en la segunda mitad del siglo XV, famoso por el retrato que de él pintó Piero della Francesca. Lo que hace creíble la cita es la fortaleza malatestiana, aunque sólo sea por su posición dominante, que ha perdido sus atributos más sombríos con el paso de los siglos. Hoy, sin embargo, es el telón de fondo perfecto para los acontecimientos que tienen lugar en el pavimento de la Piazza Maggiore, entre ellos el Palio de lo Daino, que conmemora un histórico pacto de paz entre los Montefeltro de Urbino y los Malatesta de Rímini, roto más tarde como ocurría a menudo en los tormentosos tiempos de los Señoríos.
El molino de Porta di Sotto
Mondaino cuenta con una buena lista de atracciones, pero una en particular merece atención: el Molino de la Puerta Inferior, incorporado a un tramo de muralla en el punto donde antaño se abría la llamada Puerta Montanara. Se trata de un edificio de tres niveles, utilizado para diferentes funciones -molino de grano con horno de pan, prensa de aceitunas y prensa de vino con bodegas y almacenes- y constituye un interesante ejemplo de "planta protoindustrial" que data del siglo XVI. Pero hay más, porque en la parte inferior se han descubierto y reactivado tres "pozos" de la época malatestiana, en realidad pozos excavados en la roca, para la maduración de ese "queso de fossa " que tiene a Mondaino como uno de sus centros de referencia.
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