Los abiaresus de Alta Marmilla

Generaciones en el trabajo

De generación en generación

En cuanto a las colmenas de la empresa, es una historia de ficción que comienza con un cura de pueblo, Fausto Matzeu, apicultor de antaño. En 1917 recogió su herencia su alumno Luigi Olla, que más tarde será recordado por haber introducido en la isla las modernas colmenas de marco móvil. De él pasó a su hija Verina, hoy nonagenaria pero todavía activa en torno a las colmenas. Ella es la responsable de la producción del arcaico acquameli, un concentrado de color ámbar a base de miel, agua y aromas naturales, que se remonta incluso a la época nurágica. Y por último, desde 1977, la tercera generación, Luigi Manias, que por línea paterna desciende de una dinastía de apicultores con 150 colmenas documentada ya en 1631.

Trabajando en las colmenas

Identidad, responsabilidad, calidad

La imagen que este maestro ha creado a su alrededor en sus primeros cuarenta años de actividad da fundamento a su reputación: 180 colmenas con certificación ecológica, repartidas entre la campiña de Ales y el monte Arci; un eslogan lapidario - "identidad, responsabilidad, calidad"- y una producción de 6 tipos de miel premiada; una casa-taller construida con ladrillos de arcilla sin cocer, según los dictados de la bioarquitectura; una biblioteca multimedia que se ha convertido en un centro internacional de cultura apícola una granja didáctica frecuentada por voluntarios de todo el mundo y un huerto "que no conoce la azada", como laboratorio de agricultura natural; una asociación sin ánimo de lucro de amplio espectro social, gracias a la cual, entre otras cosas, se forma profesionalmente en apicultura a jóvenes con discapacidad psíquica; por no hablar de lo que va más allá de la miel.

Siempre mirando hacia adelante, porque "la tradición es un hacer, no un sufrir, es un proceder, no un quedarse. No se heredan cosas muertas. Se heredan lenguas, mitos, ritos, poesía, patrimonio cultural y artístico, costumbres y valores".