SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
El escritor inglés David Herbert Lawrence escribió en los años veinte: "Me gustaría saber quién lo construyó. Se precipita colina arriba y valle abajo en curvas repentinas con la mayor despreocupación...". Han pasado cien años, pero la emoción sigue siendo la misma. Se parte de Mandas, un pequeño pueblo en las colinas del Trexenta, en vagones de época tirados por una locomotora de vapor. Una línea sube hacia el Gennargentu; la otra llega hasta Arbatax, en la costa oriental.
Por qué es especial
Cerdeña está relanzando su red ferroviaria como parte de una red de excursiones que incluye decenas de localidades del interior. La belleza del viaje reside en losexcepcionales paisajes, pero también en laaudacia de las estructuras -puentes, túneles, vías colgantes-, pequeñas obras maestras de la ingeniería ferroviaria. Se viaja en amables trenes locales, pero también en convoyes de época, parando en medio del campo para visitar un nuraghe.
No se lo pierda
Un compañero de viaje ineludible es la novela "Mar y Cerdeña", que narra la travesía ferroviaria de la isla emprendida en 1921 por David Herbert Lawrence, más conocido como el autor de "El amante de Lady Chatterley". "No importa adónde vaya el tren. Lo importante es decidir tomarlo": ésta, la filosofía de un vagabundo incurable, que viajaba con su bella esposa Frieda, obviamente equipada con una estufa para respetar la hora del té.
Un poco de historia
Sede de un importante ducado en época española, Mandas es hoy un centro agropastoral en las pintorescas colinas del Trexenta. En el centro histórico, visite la iglesia parroquial de San Giacomo, de traza gótico-aragonesa, con bellas estatuas de madera policromada del siglo XV, y el conjunto medieval del convento de Sant'Antonio. A continuación, tome el tren de vía estrecha que circula por la línea inaugurada en 1988 desde Cagliari hasta Mandas, donde las vías se bifurcan: hacia el norte, hasta Sorgono; hacia el este, hasta Arbatax.
Curiosidad
En la estación de Mandas, se puede admirar la locomotora de carbón FdS 400, que estuvo en servicio en la red sarda durante más de cincuenta años. Suministrada en 1931 por Officine Meccaniche di Reggio Emilia, una vez retirada parecía destinada únicamente a hacer un bonito espectáculo en la plataforma giratoria de la estación. En lugar de ello, fue llamado de nuevo al servicio turístico, un encantador embajador de una nueva filosofía de movilidad sostenible.
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