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El crucifijo teutónico de la catedral de Salò
Uno puede entrar en la catedral con las ideas claras pero luego todo pasa a un segundo plano ante esta obra maestra
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Durante siglos,Salò fue la capital de la Magnifica Patria, una confederación de 34 municipios de la ribera bresciana del lago de Garda y su interior, establecida en 1334 bajo la República de Venecia y que cesó en 1797 con la caída de la Serenísima a manos de Napoleón. La Catedral de Salò es el símbolo más elocuente de una ciudad de tal rango y tan prolongada riqueza: un verdadero cofre de arte, en el que, sin embargo, una obra llama la atención más que todas las demás, el gran Crucifijo de madera izado sobre el arco triunfal que conduce a la parte más sagrada del templo.
Por qué es especial
Lasingularidad del Crucifijo se aprecia a primera vista, no tanto por su tamaño, que no deja de ser considerable, sino más bien por la virtuosa factura que destaca incluso en la penumbra. Un documento de 1449 habla del encargo de la obra a un tal Giovanni Teutonico, "virtuosus et mirabilis intayator". Un maestro de origen germánico no especificado, que al menos durante un tiempo residió en Torri del Benaco; y que más tarde produjo -él mismo o colaboradores de su taller, pero el nombre que aparecía era siempre el suyo- otros numerosos crucifijos, de los que se tiene noticia sobre todo en Toscana y Umbría.
Para no perderse
Lo cierto es que el Crucifijo de Salò está considerado como la obra cumbre de Giovanni Teutonico. De hecho, un cronista de la época, probablemente de Salò, escribió: "fue elogiado por messer Andrea Mantegna depintor illustre y acreditado como uno de los crucifijos más bellos de Italia". A pesar de una cierta distancia, hay que fijarse en los detalles: el rostro, enmarcado por una barba de rizos estilizados; los ojos semicerrados, que dejan entrever el iris apagado del cadáver; el acabado pictórico que incluso reproduce el vello facial y corporal; incluso gotas translúcidas de resina para reproducir la sangre.
Un poco de historia
La referencia a Mantegna no es la exageración de un cronista local. Baste decir que el líder del Renacimiento en ese mismo final del siglo XV se encontraba en Verona, ocupado en la preparación del famoso Pala di San Zeno, que incluía una Crucifixión, hoy en el Louvre. Pues bien, sorprende la correspondencia estilística con la escultura de Salò, como si el maestro teutón hubiera atesorado la obra de Mantegna, alejándose de los modales austeros de la tradición nórdica en favor de una representación más naturalista del cuerpo de Cristo en la cruz.
Curiosidad
La restauración del Crucifijo reveló aspectos sorprendentes del método de trabajo de su creador. Un ejemplo es la red de venas, creadas de forma realista mediante la colocación de finos hilos sobre la superficie de madera, que luego se cubrieron, a modo de piel, con la capa de yeso y cola que se utilizaría para extender el color. O, otro detalle crucial: en la pantorrilla izquierda, un monograma en letras góticas mayúsculas, "JH", que significa Johannes, ¡la firma latinizada del maestro teutón!
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