Descenso por el Po - Día 3

En agradecimiento... foto de recuerdo con el mecánico de Borgoforte que nos hizo la gracia de reparar el fueraborda de la noche a la mañana

De vuelta a la carretera, pasamos la desembocadura del Mincio; remontarlo nos llevaría a los lagos de Mantua. En su lugar, seguimos hacia Ostiglia, un cruce crucial: el ferrocarril y la carretera estatal del Brennero, además de las chimeneas de la central eléctrica y las torres de alta tensión. Impresionante. La sonrisa vuelve en Revere al ver la reconstrucción flotante del molino del Po de la novela del mismo nombre. Y luego, en secuencia, la isla Boschina y la isla Boscone, sin más, con los grandes robles de las tierras bajas - farnie, el nombre exacto - que nos recuerdan cómo eran las llanuras en los primeros tiempos. Avistamiento del día, un milano pardo descendiendo acrobáticamente sobre el agua para sorprender a un pez.

Un milano negro (Milvus migrans), una gran rapaz migratoria que llega al norte de Italia para anidar en medios acuáticos.

El río describe una curva profunda y luego se estira hacia Sermide, nuestro destino para pasar la noche en Corte Prova: Charlamos sobre el trabajo en el campo con el dueño de la casa, molesto con los cuervos que se dan impunemente un festín entre las sandías; luego llegamos a un acuerdo con su mujer, que nos ofrece risotto con setas para cenar; no es exactamente un clásico del verano, pero es un cortés lo tomas o lo dejas; después nos anuncia un melón inusualmente grande, muy bueno, porque si no no son buenos por estos lares... En nuestras copas, espumoso Lambrusco dell'Oltrepò Mantovano.