Con un libro bajo el brazo: las novelas de Giorgio Bassani

Una vida lejos de Ferrara, a la que, sin embargo, quería volver

A excepción de su primera juventud, la vida de Bassani transcurrió en su mayor parte lejos de Ferrara : primero en Bolonia, durante sus estudios universitarios; después en Florencia y Roma en la época de las leyes raciales y de la Guerra de Liberación, permaneciendo en la capital el resto de su vida como escritor y hombre público. Bassani, sin embargo, dispuso ser enterrado en Ferrara, en el cementerio judío de Via delle Vigne. El ayuntamiento quiso conmemorarle con un monumento del escultor Arnaldo Pomodoro, una estela de bronce con grabados en los que algunos ven los caracteres de una máquina de escribir y otros la minuciosa caligrafía del escritor. Esparcidos sobre la tumba hay guijarros dejados con la mano izquierda, la del corazón, por quienes la visitaron. Una costumbre judía, que se remonta a los tiempos bíblicos, cuando los muertos eran enterrados bajo montones de piedras, por lo que añadir una se consideraba un signo material de recuerdo.

La reconstrucción del estudio romano de Giorgio Bassani, comisariada por la fundación de Ferrara que lleva su nombre.

El narrador de una ciudad y su extraordinario Delta

En 1999, la Unesco inscribió un nuevo sitio como Patrimonio de la Humanidad: "Ferrara, ciudad del Renacimiento, y su Delta del Po"; la primera, como ejemplo extraordinario de urbanismo de la época; el segundo, como paisaje cultural excepcionalmente conservado en su carácter original. Más única que rara, esta propiedad de la Unesco puede contar con una cobertura literaria de gran profundidad: las novelas de Bassani, de hecho, se desarrollan en la primera mitad del siglo XX con el telón de fondo tanto de la ciudad, como en el caso de El jardín de los Finzi-Contini, como del Delta, en el caso de La garza, ambientada en su mayor parte en Codigoro. El escritor, de hecho, frecuentaba especialmente a la familia Sullam, que, como la suya, tenía orígenes judíos y propiedades tan extensas que dieron su nombre a una localidad a lo largo del Po di Goro.

Novelas de gran fortuna cinematográfica

Así pues, una visita a Ferrara y al Delta puede abordarse, como suele decirse, con un libro bajo el brazo. Pero hay más, porque dos de las novelas de Bassani han sido adaptadas al cine: Il giardino dei Finzi-Contini, en 1970 dirigida por Vittorio De Sica, protagonizada por Dominique Sanda y Lino Capolicchio (Oscar en 1972 a la mejor película extranjera), y Gli occhiali d'oro, en 1987 dirigida por Giuliano Montaldo, con un reparto de considerable calibre - Philippe Noiret, Rupert Everett, Stefania Sandrelli y Valeria Golino (Premio David en 1988 a la mejor banda sonora para Ennio Morricone). Dos historias evocadoras de las vicisitudes de la época de Bassani: una familia judía que lucha contra la persecución racial, con Ferrara como telón de fondo, y un médico homosexual que sufre la discriminación hasta la tragedia, en los escenarios del Delta.

Portada de la primera edición de la novela El jardín de los Finzi Contini

Su compromiso con el medio ambiente y la fundación de "Italia Nostra" (Nuestra Italia)

Otro detalle biográfico significativo: Bassani fue el fundador, en 1955, y luego presidente, de 1965 a 1980, de la asociación ecologista Italia Nostra. Escribió casi proféticamente sobre la misión de la nueva organización: "El patrimonio cultural y natural es un bien del que la civilización tecnológica e industrial, en la que vivimos, no puede prescindir si quiere seguir existiendo. La civilización industrial ha demostrado que sabe dotarse de una eficacia; ahora debe dotarse de una "religión", es decir, que sepa contradecir todo lo que tiende a convertir al hombre en un puro consumidor. La relación depredadora con la naturaleza ya no es posible". Palabras más actuales que nunca.