SHARRYLAND
En Ninfa, el más romántico de los jardines
Las ruinas de una ciudad medieval, aguas corrientes, hermosas flores
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
"Aquí está Ninfa, aquí están las fabulosas ruinas de una ciudad que con sus murallas, torres, iglesias, conventos y viviendas yace medio sumergida en el pantano, sepultada bajo una espesa hiedra". Así escribió Ferdinand Gregorovius, el famoso historiador alemán, a mediados del siglo XIX. Ya entonces Ninfa era una ciudad muerta, "una Pompeya medieval ", que constituía una de las experiencias ineludibles de los viajeros del Grand Tour. Destruida una primera vez por Barbarroja, también superó otras vicisitudes, pero finalmente tuvo que rendirse a la malaria.
Por qué es especial
Ninfa es una ciudad "anfibia", por así decirlo, en el sentido de que surge en las inmediaciones del nacimiento del río que le da nombre. Bañada por sus aguas, que forman pequeñas cascadas y se ensanchan en pequeños lagos, la ciudad en ruinas se transformó, entre los siglos XIX y XX, en el escenario del más romántico de los jardines: los árboles de la flora espontánea, flanqueados por plantas decorativas; las especies de maleza, sustituidas por variedades floridas. Resultado: "el jardín más bello del mundo", según el New York Times.
No se lo pierda
Desde primavera hasta finales de otoño, visitar Ninfa es siempre una experiencia emocionante. Sin embargo, cada jardín tiene sus momentos culminantes, y en lo que respecta a Ninfa, las flores que literalmente encantan son las de los cerezos y manzanos ornamentales, seguidas de las glicinias, que se extienden sinuosamente sobre las ruinas. Pasemos al otoño, la época del follaje, cuando entran en escena los arces japoneses. Además, de marzo a septiembre, no pierda de vista a las abubillas que anidan en los barrancos.
Un poco de historia
En la época romana, el nombre de Agro Pontino designaba la franja de tierra delimitada por la costa, entre Anzio y Circeo, y la cresta de los montes Lepini. A pesar de estar atravesado por la Vía Apia, el Agro siguió siendo durante siglos una extensión de marismas resistente a la recuperación. Las abadías de Fossanova y Valvisciolo atestiguan los esfuerzos de la orden benedictina en este sentido. Haciendo de la necesidad virtud, los asentamientos más antiguos (Sermoneta, Priverno, Sezze) surgieron en cambio en las primeras colinas.
Curiosidad
En los años setenta, Fulco Pratesi, presidente de WWF Italia, propuso a la Fundación Caetani, propietaria del Jardín de Ninfa, devolver parte de la campiña vecina a su estado anterior a la recuperación: así nació el Parque Natural de Pantanello, 100 hectáreas de carrizales y claros de agua que en pocas décadas han visto el regreso espontáneo de diversas aves palustres (patos, garzas, rapaces), restaurando así una imagen perfecta del antiguo Agro Pontino.
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