En Cirò, enólogos por un día

Para no perderse

Son muchas las bodegas que acogen a los visitantes en sus bodegas y ofrecen degustaciones, pero pocas veces se tiene la oportunidad de sentirse viticultor durante todo un día, desde la bodega, acompañando a los enólogos, hasta los viñedos, recorriendo en camioneta caminos agrícolas que abarcan casi trescientas hectáreas de viñedos y olivares. Sin olvidar los intermedios, es decir, la visita al museo de la empresa, instalado en un edificio rústico del siglo XIX, y el almuerzo en la casa de huéspedes, a la manera que ha hecho proverbial la hospitalidad calabresa.

Un poco de historia

Calabria tiene una tradición enológica que hunde sus raíces en la civilización de la Magna Grecia. "Enotria, la tierra del vino " era, de hecho, la denominación que se daba en la Antigüedad a esta región situada entre dos mares, con un clima extraordinariamente favorable para la viña. Y el Crotonese, zona tan rica en recuerdos helénicos, es sin duda el punto de apoyo de esta civilización del vino, con un pico de excelencia precisamente en Cirò, una de las primeras zonas italianas en obtener la Denominazione di Origine Controllata en 1969.

Curiosidad

Le Passule es un vino dulce elaborado con uvas Mantonico, una antigua variedad de probable origen griego. Así lo confirma el término " mantissios", adivinatorio, que hace referencia a un antiguo uso del vino con fines ceremoniales y propiciatorios. Las uvas de este vino proceden de una granja situada a los pies de las montañas de Sila, se vendimian a mano y se colocan en esteras para macerarlas durante unas semanas. El resultado, tras 16 meses de crianza, es un vino de color ámbar, dulce, con notas de pasas sultanas, fruta confitada y otros aromas inefables para los verdaderos iniciados.