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¿Dónde está?
Qué es y dónde está
A poca distancia de Urbino, las plácidas aguas del río Metauro abrazan la antigua ciudad de Urbania, confiriéndole un ambiente íntimo y acogedor. Aunque no es muy grande, la ciudad está salpicada de un considerable número de iglesias, edificios históricos y museos. La vida cultural aquí es especialmente animada: se organizan premios literarios, talleres de arte y festivales folclóricos. Cabe mencionar que Urbania es conocida por su producción de mayólica desde el siglo XVI.
Por qué es especial
Urbania también es conocida como la Pequeña Bolonia: cuatro pasos por las calles del centro y entenderá por qué. El corazón de la ciudad es la Piazza San Cristoforo. Desde aquí parten las calles principales, a lo largo de las cuales se suceden maravillosas vistas: Iglesia de Santa Chiara, Iglesia de San Francesco, Palacio Ducal, por nombrar sólo algunas. Largas hileras de soportales (famosos en la capital emiliana) le acompañarán, ofreciendo márgenes de sombra en los días soleados y suave cobijo en caso de lluvia. ¿Qué puedo decir? ¡Disfrute de su paseo!
Para no perderse
Después de visitar Urbania, no puede faltar un picnic o un paseo por el parque Barco Ducale. A poco más de un kilómetro del centro de la ciudad, en dirección a Sant'Angelo in Vado, se encuentra un lugar tranquilo, rico en encanto natural y artístico. Antigua finca de caza de los duques de Urbino, aún se puede admirar la gran villa diseñada por Francesco di Giorgio Martini y la iglesia del siglo XVIII. Un tramo de río de unos dos kilómetros de largo conecta el lugar con el Palacio Ducal.
Un poco de historia
La historia de Urbania se cuenta a través de los símbolos de su escudo de armas. Durante la Edad Media, la ciudad recibió el nombre de Castel delle Ripe, donde actuaba el partido güelfo, simbolizado por el lirio. En 1284, tomó el nombre de Casteldurante cuando Monseñor Guillaume Durand la hizo reconstruir. En 1636, la ciudad pasó a llamarse Urbania, en honor del cardenal Maffeo Barberini, más conocido como el papa Urbano VIII. Las llaves son un símbolo del papado, mientras que las abejas indican la laboriosidad de la familia Barberini.
Curiosidad
La leyenda que voy a contar tiene que ver con la construcción de los pórticos de Urbania. Monseñor Durand encargó la tarea a unos arquitectos boloñeses que tomaron las medidas de los pórticos de Bolonia utilizando unas cañas. A la vuelta, el cansancio era tal que los hombres se apoyaban en las cañas, desgastándolas considerablemente. Por eso Urbania es una Bolonia en miniatura.
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