Stylus

No se lo pierda

El primer domingo de agosto, el pueblo es escenario del antiguo Palio di Ribusa, una de las representaciones históricas más importantes de toda Calabria. Durante los dos días que dura el Palio, el pueblo y sus habitantes se visten de gala, el aire resuena con las notas de antiguos instrumentos reconstruidos a partir de representaciones de época. Las artes y oficios antiguos vuelven a la vida y nobles, damas y hombres de armas a caballo recorren las calles. Lo más destacado es la procesión histórica, símbolo de la nobleza, y la carrera de caballos, que recrea los cinco linajes en los que se dividía el pueblo.

Un poco de historia

La historia de Stilo es antigua y misteriosa. Al igual que su arquitectura, mezcla espiritualidad y conquista. De hecho, según algunos informes, la fundación de Stilo está vinculada a la llegada al monte Consolino de monjes orientales, que vivían en cuevas naturales llamadas "laure", decoradas con frescos aún visibles hoy en día. Sin embargo, según otros, fueron los habitantes de las antiguas colonias griegas quienes fundaron el primer asentamiento en un lugar más defendible de los ataques de turcos y sarracenos. Protegida por la montaña y no demasiado lejos del mar, debido a su importancia estratégica Stilo fue muy disputada y sufrió diversas dominaciones: a la bizantina siguió la normanda y luego la suaba, angevina, aragonesa, española y borbónica, que la enriquecieron con monumentos y palacios nobiliarios, y contribuyeron a su viveza cultural. En este sentido, no se puede hablar de Stilo sin recordar que es la orgullosa cuna de Tommaso Campanella, filósofo, teólogo y poeta.

Curiosidades

Stilo es terreno abonado para las leyendas que se ciernen sobre los restos del castillo normando. Una de ellas cuenta un ataque de los árabes a la aldea. La población se refugió en el castillo, y así comenzó el asedio. Los suministros de alimentos y agua escaseaban. Una mañana, un joven soldado propuso recoger la leche de todas las madres para producir pequeños requesones... ¡para arrojárselos al ejército enemigo! Al ver que la comida se utilizaba en lugar de balas, los sitiadores pensaron que debía haber mucha, demasiada para que el asedio tuviera éxito. Así que se marcharon. Buscaron durante mucho tiempo al joven que había salvado a Stilo con su plan, pero no pudieron encontrarlo, como si nunca hubiera existido. Entonces se dieron cuenta de que era San Jorge quien había acudido en su ayuda, y desde ese momento se convirtió en el patrón del pueblo.