SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Cuando llegas, subiendo desde Fano hasta el pueblo de Stacciola, tienes la impresión de que el tiempo no ha seguido su curso. Puede ocurrir que en tu corto recorrido el silencio sea el único compañero. Pero es probable que desde alguna ventana, ojos curiosos te sigan hasta perderte, complacidos con tu presencia. Igual de probable es que abras una puerta y ofrezcas la ayuda que puedas necesitar. El pueblo apenas tiene unas decenas de almas, no verás tiendas, sólo un club recreativo abierto ocasionalmente, pero tras una visita a la Iglesia de San Giovanni Evangelista, un paseo por el pueblo y respirar la etérea atmósfera de encanto, despertarás de tu dimensión temporal reconfortado y gratamente sorprendido.
Por qué es especial
Como en un libro siempre abierto de colinas de colores, extensiones de verdes prados, callejuelas y senderos, se despliega el eterno espectáculo de la naturaleza, escenario perfecto para practicar deportes y actividades al aire libre. Experimentarlas a pie, a caballo, en bicicleta de montaña o a través de la pesca deportiva les hace descubrirlas bajo una luz siempre nueva, emocionante y relajante al mismo tiempo. Para quienes no puedan resistirse a la fascinación de la historia, la visita a iglesias, fuentes y lavaderos, palacios y castillos es imprescindible. Disfrute.
No se pierda
Si busca sabores olvidados, diríjase a la Sagra della Crescia, creada hace unas décadas para continuar la labor del antiguo horno de leña que cocía el pan y ahora la crescia, preparada según la antigua receta y hoy identidad de este pueblo y producto típico de la región. Una verdadera invasión durante los días del festival, los espacios se reducen pero los amantes de esta deliciosa comida se enfrentan a una cola interminable para llegar, cada vez más ansiosos, al codiciado destino. ¡Lo que no se hace para deleitar nuestro paladar! La "crescia", amasada y horneada al momento, se acompaña de otras delicias locales como el "cristaiat", preparado con harina de trigo y maíz, aderezado con salsa de carne. La tradición está servida.
Un poco de historia
El nombre de "Stacciola" es incierto y puede tener su origen en una denominación con fuertes connotaciones lombardas (siglo VIII), época de la ofensiva de Liutprand y Astolfo contra la Pentápolis. La referencia más segura al castillo de Stacciola se remonta a 1290, durante la guerra entre los pueblos de Fano y Fabriano, cuando el señorío malatestiano también reforzó militarmente Stacciola. Un personaje destacado de Stacciola fue el capitán mercenario Nicolò Mauruzi da Tolentino, presente y victorioso en numerosas batallas entre 1300 y 1400.
Curiosidad
Los documentos nos dicen que en Stacciola funcionaba un horno público desde el siglo XVIII, que la comunidad utilizaba para cocer el producto de primera necesidad: el pan. Desde hace algún tiempo, se ha tenido la ingeniosa idea de promover un curso escolar de crescia en el que los participantes, al final del curso, degustan la crescia preparada por ellos y se convierten así en custodios y divulgadores de esta antigua técnica. El inconfundible aroma de los sarmientos en manojos ardiendo, combinado con la fragancia de la crescia al cocerse, devuelven a nuestras papilas gustativas un manjar olvidado.
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