Fortaleza Albornoziana de Spoleto

Para no perderse

Superado el paréntesis penitenciario, y tras una cuidadosa restauración, podemos entrar con el corazón ligero y disfrutar de la belleza del interior. Nos recibe el austero Patio de Armas, donde no es difícil imaginar a los centinelas preparándose para la guardia. El segundo patio, en cambio, pertenece a otro mundo: elegante, pintado al fresco, con un pozo octogonal en el centro y una logia doble: es el Patio de Honor. En la actualidad, es evidente cómo el arte ha sustituido a la guerra, hasta el punto de que en las salas del interior del edificio no sólo se conservan los restos de los frescos originales, sino también las colecciones que componen el Museo Nacional del Ducado de Spoleto.

Un poco de historia

La Fortaleza de Albornoz, también conocida como Castillo de Spo leto, fue erigida a partir de 1359 en lo alto de la colina de Sant'Elia, por encargo del Papa Alejandro VI, junto con otras fortalezas similares. Fue el poderoso cardenal español Albornoz quien confió a Matteo di Giovannello da Gubbio, conocido como "Gattapone", la dirección de las obras, que se terminaron en 1370. Desde 1817 hasta 1983, la fortaleza se convirtió en prisión y perdió muchas de las obras de arte que guardaba en su interior. Sólo tras el cierre de la prisión fue sometida a cuidadosos trabajos de restauración y puesta en valor que dieron lugar a la inauguración del Museo Nacional del Ducado en 2007.

Curiosidades

Muchos legados papales se alojaron aquí. Según la tradición, entre ellos Lucrecia Borgia, hija de Alejandro VI, que la nombró regente del ducado de Spoleto cuando sólo tenía 19 años, permaneció en la fortaleza en dos ocasiones: en 1499 durante tres meses y en 1502 para una breve escala en su camino hacia Ferrara. Algunos dicen que el nombre de la torre "della Spiantata " está relacionado con ella.