Robecco sul Naviglio y sus villas de ensueño

Imperdible: un paseo hasta Cassinetta di Lugnano

Si tiene tiempo, no se pierda el corto paseo por el camino de sirga del Naviglio hasta Cassinetta di Lugugnano. Se trata de otra encantadora aldea situada a poco más de dos kilómetros, en plena naturaleza, entre saúcos y algarrobos, con hermosas vistas del campo y antiguas casas de labranza. En Cassinetta se encuentran la Villa Castiglioni Bossi, del siglo XVIII, la Villa Cattaneo Krentzlin y, por último, la grandiosa Villa Visconti Maineri, de aspecto neoclásico y con un hermoso jardín.

Un poco de historia

De origen romano, la villa de Robecco cobró importancia con la construcción del canal del Naviglio Grande a finales del siglo XII. Su periodo de gloria llegó entre los siglos XVI y XVIII, cuando fue elegida como residencia de campo por muchas familias nobles milanesas. Los viajes estacionales de los nobles y de la rica burguesía que los imitaba eran una auténtica movida. Huían del miasma de la ciudad en busca de aire puro y refresco y permanecían fuera tres o cuatro meses. Se viajaba en carruaje o en barco, por el canal.

Curiosidad: ¿cómo eran las vacaciones?

En vacaciones era esencial conservar las formalidades y los lujos de la vida en la ciudad. Así que la gente partía con baúles y baúles que contenían lo último en ropa, muebles, especias preciosas y mucho más. Los criados partían con la familia y, a veces, también había otros invitados: cuanto mayor era la compañía, más prestigio adquiría la familia. En la villa se organizaban partidas de caza, juegos de salón, recepciones y bailes. Poder permitirse unas vacaciones era, en definitiva, el símbolo de estatus de la época.