Porta Canarda, en la centenaria carretera de acceso a Ventimiglia

Qué es y dónde está

Llegamos a la puerta medieval por un estrecho sendero que discurre por la ladera de la colina y domina la carretera principal que une Francia con Italia, cerca del mar. Desde aquí podemos contemplar la infinita extensión de agua, con sus tonalidades turquesas, en un soleado día de invierno que se viste de primavera: hace +27 C° y se distingue claramente el calor que surge de la tierra. Sonidos de grillos, cigarras y ranas acompañan nuestros pasos por la antigua calzada romana, hoy desaparecida.

Por qué es especial

El monumento, que hoy aparece a nuestros ojos solitario y desvinculado de la ciudad de Ventimiglia, es uno de los ejemplos mejor conservados de construcción defensiva medieval, a pesar de encontrarse en un terreno inestable. De hecho, la torre de diez metros de altura situada sobre el arco ojival del lado francés -que a su vez contiene el arco de medio punto inferior del lado italiano- albergaba un puesto avanzado de las tropas que controlaban la antigua frontera, impuesto para defender la ciudad de Ventimiglia bajo el dominio de Génova en el siglo XIII, a lo largo de la antigua calzada (vía Augusta) que unía Roma con Arlés.