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Iglesia parroquial de San Zuane
En la verde campiña de la Bassa Veronese, una antigua iglesia parroquial con un precioso baptisterio
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
En la campiña veronesa, a pocos kilómetros del centro de Bovolone, se alza la antigua Pieve di San Giovanni Battista in Campagna o, en el dialecto local, la Pieve di 'San Zuane'. Se trata de una iglesia parroquial prerrománica con tres ábsides exteriores y un campanario, con una casa del siglo XVIII y un insólito baptisterio octogonal adosado. Ya se menciona en un documento del año 813. Los expertos coinciden en que fue un monasterio benedictino. Es un lugar que invita a la quietud y a la contemplación, como una isla de belleza y silencio que emerge del mar de campos.
Por qué es especial
El baptisterio octogonal es la verdadera sorpresa de este lugar. Una construcción muy poco común en la campiña del norte de Italia, nos recibe con una antigua pila bautismal de inmersión, descubierta durante unas excavaciones arqueológicas bajo el pavimento del siglo XVIII. La pila está abrazada por un hermoso ciclo de frescos del siglo XVI que narran siete episodios de la vida de San Juan Bautista. En algunos puntos, sin embargo, destacan fascinantes frescos de 1100-1200. La cúpula está decorada con nueve lunetos que representan la Pasión de Cristo. En el Baptisterio se encontró un pequeño tesoro en monedas de plata del siglo XIII, que ahora se conserva en el Museo Fioroni de Legnago (VR).
Un poco de historia
Hoy en día, poco queda de la estructura original, pero se ha conservado el encanto, quizá gracias a la teoría de que la iglesia se encontraba en una ruta templaria hacia Jerusalén. A lo largo de los siglos, el complejo ha sido remodelado y reconstruido varias veces, hasta convertirse en un edificio agrícola en la época napoleónica. La parte más antigua es el absidiolo izquierdo, donde aún pueden verse frescos del siglo XVIII y un fresco bizantino más antiguo.
Curiosidad
En la noche del 24 de junio, es decir, durante el solsticio de verano, es costumbre ir al campo a recoger nueve hierbas diferentes, entre ellas la hierba de San Juan, la artemisa, la verbena y la grosella, todavía cubiertas de rocío. Se cree que el rocío, que simboliza las lágrimas de Salomé arrepentida por su papel en el asesinato de Juan el Bautista, potencia los poderes curativos de estas hierbas en la noche del solsticio de verano. Un uso muy extendido consiste en remojarlas durante la noche en agua de manantial, obteniendo así el agua de San Juan, con sus múltiples virtudes.
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