Parque Cultural Camaiano

Caminando por antiguos senderos empedrados, se respira la historia que rezuman los campos tostados por el sol y las ruinas, vestigios de un pasado que quiere resurgir para contar al viajero sus glorias. El terreno es típico de la campiña toscana: valles salpicados de viñedos, olivares y huertas; trigales que se mueven al viento como mares dorados; campos incultos donde las flores primaverales inspiraron a los pintores Macchaioli en busca del alma de esta tierra; corrales donde las campesinas recogían hierbas silvestres y donde la gallina de Livorno pastaba sin ser molestada; campos hasta donde alcanza la vista salpicados de acianos y amapolas, interrumpidos sólo por solitarios puentes de piedra que saltan sobre arroyos y canales.

Y luego el bosque, un microcosmos mágico donde los restos de antiguos molinos cobran vida mágicamente entre la vegetación. Es el maquis mediterráneo con sus aromas de mirto y helicriso, orquídeas silvestres y bayas de colores, y luego bosques de encinas altas y sombrías, madroños vestidos de verde, blanco y luego rojo en otoño, cuando sus pequeños frutos colorean la madera, que se vuelve encantada y huele a musgo y setas.

Ahora nos acercamos al mar, y lo vemos silueteado al fondo del valle, allá en el horizonte. Nos trae aromas de salinidad y vientos de Libeccio que azotan los bosques y nuestras almas, y nos recuerda que no está tan lejos, lo justo para perfumar nuestro aceite y nuestro vino, transportar nuestro polen y hacer volar alto nuestras ideas.

En este contexto nació el Parque Cultural Camaiano. "Básicamente, es una idea. Se podría decir: ¡sólo una idea! En esta época de pragmatismo, ¡una idea parece nada! [....] Ver más allá de los terrones no significa tener una vista aguda, significa ver con los ojos del alma, o para decirlo con más propiedad a una reflexión histórico-cultural, con los ojos de la complejidad y del amor por el propio territorio y por quienes lo habitan o lo han habitado." (W. Giubbilini). Pero las ideas, ya se sabe, toman forma, y con la intención de compartirlas, transmitirlas, valorizarlas y preservarlas, los molinos se limpian y se convierten en escenario de paseos, los caminos ocultos se reabren para todos aquellos que estén deseosos de explorarlos, las antiguas minas vuelven a iluminarse con la luz titilante de las linternas, las gabbrigiane regresan para contar sus historias bajo los focos y ante un público encantado, los rituales agrarios como la fiesta de la vendimia vuelven a la vida.

Un territorio también está hecho de personas, tradiciones, olores y sabores. Aquí, todos se refrescarán con buen vino y buena comida de sabor sencillo y genuino. Cada plato es una maravilla de la cocina toscana, la auténtica, la de las abuelas y los tatarabuelos, hecha con el corazón para deleitar al viajero. Incluso la gallina de Livorno, que solía vagar por los corrales, ha vuelto a picotear alegremente en los patios y jardines de quienes quisieron adoptarla, y se mostrará en todo su orgullo a quienes quieran visitar los "Pollai Diffusi" del Parque Cultural de Camaiano.

El proyecto en términos concretos

El proyecto del Parque Cultural de Camaiano nació y tomó forma en el seno del Comitato di Salvaguardia e Sviluppo di Territorio e Occupazione (CSSTO) Onlus (Comité para la Salvaguardia y el Desarrollo del Territorio y el Empleo), creado en 2013 con el objetivo de preservar las características medioambientales, naturalistas y rurales de la zona de las aldeas de ladera de Castelnuovo della Misericordia, Gabbro y Nibbiaia, en el municipio de Rosignano Marittimo, y al mismo tiempo promover actividades compatibles con ellas. En la práctica, la creación del Parque Cultural de Camaiano se traduce en la investigación articulada de las características morfológicas y naturalísticas, paisajísticas y medioambientales, agroalimentarias, antrópicas, histórico-artísticas, arquitectónicas, monumentales, arqueológicas y literarias de la zona de interés, así como su puesta en red a través de un proyecto cultural orgánico. Todo ello, además, mediante la implicación de diferentes sujetos, tanto públicos como privados, y la potenciación de su capacidad documental, creativa y organizativa.

Tras la fase cognitiva de censo y cartografía de la oferta real y potencial de su territorio, el Parque Cultural pretende vincular, conectar y transformar esta oferta en oportunidades organizativas y creativas capaces de conjugar el patrimonio del pasado, la valorización de la memoria, la identidad y la cultura material e inmaterial con la creatividad contemporánea, la innovación y la incubación de nuevas perspectivas de desarrollo cultural, económico y turístico. Un ambicioso proyecto que comenzó en septiembre de 2015 y evolucionará con el tiempo, con el objetivo de mejorar la usabilidad de la zona y sus senderos, restaurar los elementos típicos del paisaje y recuperar antiguas estructuras abandonadas, difundir el conocimiento de la zona y estimular un comportamiento educado y responsable.

Ver todos