¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Las reliquias de Santo Tomás se conservan en Ortona. La relación de la ciudad con el santo es tan profunda que la catedral dedicada a él no era suficiente. O mejor dicho, se necesitaba algo más prosaico que la iglesia, algo que hiciera de Tomás un compañero en la vida de los ortonenses. La solución es tan natural como sencilla: una estatua de Santo Tomás, colocada en las aguas frente al puerto donde atracan los barcos de pesca, protegiendo y custodiando desde abajo la costa rocosa tras la que se alza la ciudad de Ortona.
Por qué es especial
El lugar está poco concurrido y la estatua, situada entre los reflejos de las luces y el mar, proporciona un marco evocador y una sensación de paz. Aquí se puede disfrutar de los sonidos y olores del mar, del parloteo del puerto y de la suave mirada de Santo Tomás. Y los que realmente quieran vivir la experiencia completa no tendrán dificultad en encontrar un buen aperitivo de marisco crudo, obviamente muy fresco, quizás acompañado de una botella de vino local.
No se lo pierda
El primer fin de semana de mayo, toda la ciudad celebra Santo Tomás. Es en esta ocasión cuando tiene lugar la Fiesta del Perdón, en la que una procesión histórica folclórica con trajes medievales y renacentistas llega hasta la Basílica. Allí, una Dama elegida especialmente para la ocasión entrega las llaves para abrir la urna con el busto de plata del Santo, que es llevado en procesión por las calles de la ciudad hasta la Basílica donde se guardan sus reliquias.
Un poco de historia
La historia de los huesos del Apóstol Tomás cuenta que el navarca ortoniano León, durante una acción militar en 1258 en la isla de Quíos, fue informado por un anciano sacerdote sobre el tesoro de las reliquias del Apóstol y que, en un momento de profundo recogimiento, fue invitado dos veces por una mano luminosa a acercarse a la lápida del Santo. Del agujero más grande de la piedra, León extrajo un hueso. De ahí la idea del robo, que tuvo lugar la noche siguiente, de los huesos envueltos en paños blancos y que aún hoy se conservan en una urna de cobre dorado en la basílica de Orvieto.
Curiosidad
El apóstol Tomás es objeto de veneración por parte de todo el pueblo y especialmente de los pescadores que, pronunciando mal su nombre y consonantes, antes de cualquier movimiento se apoyan en la estatua del santo en la petición habitual "San Tumàss me, arpuortm a Urton".
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