A caballo entre la naturaleza y la historia

Descubrir el pueblo

Mossa es un pueblo rural que parece llevarnos atrás en el tiempo, y no, como suele significar esta expresión, a la lejana Edad Media, donde el pueblo estaba rodeado de murallas medievales, callejuelas de piedra y los ecos de antiguas familias, no... La de Mossa es otra historia. Aquí, el tiempo rebobina, pero no se arremolina, sino que avanza suavemente, sólo necesita dar unos pasos hacia atrás, hacia aquella Italia más humana y sencilla de hace unas décadas, cuando los pueblos en el campo no eran muy grandes, se situaban en medio de la naturaleza sin perturbarla, creando un pueblo capaz de desvanecerse poco a poco entre los campos y las colinas. Así es Mossa, formada por edificios cuya esencialidad confiere al pueblo un aura cálida y tradicional, donde es realmente imposible no sentirse como en casa. Y, en efecto, uno aprende pronto a reconocer las calles, a encontrar "Il Fornaio" (el panadero ) o "La Fioraia " (la floristería) del pueblo, actividades que los que viven en grandes ciudades dan por sentadas, hay tantas... pero aquí sólo hay una de cada tipo, así que cuando uno entra, el panadero se convierte inmediatamente en un amigo, la floristería en una consejera de confianza, y la sensación de haber formado siempre parte de esta tierra invade incluso al visitante más tímido.

Vista de Mossa al atardecer

Raíces ancestrales e historia rural

Este asentamiento presume de una larga historia, evidenciada por hallazgos arqueológicos que se remontan a la época prerromana, y luego por documentos de las primeras décadas del siglo XI que hablan de la aldea llamada Mossa. Pero aquí, más que la historia del pueblo en sí, es agradable ir a redescubrir cómo era y cómo ha cambiado la vida de sus habitantes con el paso del tiempo. Por ejemplo, en Villa Codelli, como anticipa su nombre (los Codelli son una antigua familia de Mossa, que desempeñó papeles fundamentales en el desarrollo del pueblo), seguimos la pista de la élite del pueblo. La sede de la empresa es una elegante villa del siglo XVI que aún mantiene vivo el recuerdo de su pasado de castillo: ligeramente desplazada del cuerpo principal, de hecho, hay una torre de aspecto rústico que parece seguir en pie para proteger la casa solariega. Asomarse a la torre permite recorrer siglos de historia en pocos pasos, admirando la evolución de la vida señorial del lugar: de la torre a la villa, pasando por la capilla adyacente al edificio, construida a finales del siglo XVI y reconstruida dos siglos después. Pero en Mossa, era la agricultura la que ocupaba el primer plano, y muchas actividades relacionadas con ella también tenían lugar en Villa Codelli. Hoy en día, un "folatoio", una antigua herramienta agrícola que se exhibe bellamente en una sala bien conservada que ha pasado de ser un lugar de trabajo a un elegante escenario para fiestas y eventos, nos cuenta esta historia. Qué podemos decir, ¡también esto es historia en ciernes!

La torre de villa Codelli

¿Y la gente sencilla?

¿Los campesinos, los artesanos, los que dieron forma a estos campos y viñedos con sus propias manos? Después de todo, la historia está hecha de las hazañas y los legados de los ricos y poderosos, pero ¿qué pasa con los demás? Aquí, en Mossa, hay una forma bastante interesante de conocerlos, ya que con un poco de imaginación, uno casi podría sentirse en su piel. Basta con pasar por el restaurante Vecchie Province, que cuenta con una sala forrada de bancos de madera, en cuyo centro hay una gran chimenea, capaz de calentar toda la sala y a las personas reunidas en ella. Y enseguida se siente la atmósfera de un tiempo ya pasado, cuando el frío era intenso y los campos dormían bajo la escarcha invernal, y la gente se reunía para intercambiar algunas palabras a la espera de la primavera. Un poco como ocurría en la Trattoria Blanch, que ya a finales del siglo XIX recibía cada tarde a los campesinos que volvían del campo y aprovechaban la posada para regalarse un momento de ocio. Parece como si el tiempo se hubiera olvidado de pasar, y es tentador quedarse un poco más con la esperanza de escuchar viejas historias, tal vez de algunos de los clientes habituales, pero la carretera llama, y es entonces cuando nos atamos los cordones de los zapatos, o las correas de las bicicletas, y pasamos por delante de las últimas casas, en dirección a Preval.

Puesta de sol en Preval

La maravillosa llanura de Preval

La llanura de Preval es un pequeño edén abrazado por colinas. Una tierra húmeda y fértil que se cubre de verdes praderas, tan frescas y exuberantes que parecen brillar con luz propia. De hecho, se pueden captar algunos destellos entre la vegetación: son barrancos, pequeños cursos de agua artificiales, refrescantes y alegres. Estas tierras, donde los cultivos se alternan con los bosques, no cuentan con muchas edificaciones, dejando que la mirada del visitante discurra embelesada en este mar de esmeralda.

Quienes disfrutan pasando el tiempo en bicicleta o paseando en plena naturaleza no pueden evitar enamorarse perdidamente del valle de Preval. Aquí, la generosa naturaleza se da la mano con siglos de historia y arte, el hombre y el paisaje se funden en uno, creando una afortunada combinación que bien representan los fragantes vinos de esta tierra. Ya está preparando su bolsa de viaje, ¿verdad? Hágalo bien, ¡los carriles bici de Preval le están esperando! Sumérjase en el corazón de Collio y ¡disfrute!