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¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Montalfoglio es un pueblo medieval que se conserva intacto. Protegido por sus murallas y accesible a través de la única puerta que las atraviesa, este pueblo parece completamente inmune a los efectos del tiempo. En un buen momento, en 1290, parece como si nada hubiera pasado en las crónicas y, sin pensar demasiado en el torbellino de la historia, sigue con su plácida vida. Es un monumento a sí misma, con las pocas casas de piedra marrón que llevan su año de construcción, y para rematar, el hermoso paisaje que la rodea.
Por qué es especial
La tranquilidad es la característica predominante. El pueblo es muy pequeño, rodeado de murallas y encaramado en lo alto. La puerta que da la bienvenida al visitante sin triunfalismos, más bien adoptando la forma de un arco bajo y poco iluminado, introduce al visitante en el mundo de tranquilidad que hay más allá. Delante de las casas, flores y plantas decoran las calles y dan testimonio del amor de sus habitantes por su pueblo. Si se camina a lo largo de los sólidos muros, Montalfoglio parece absorber la luz, los colores y el aire fresco del paisaje, pero rehúye el ruido. Todo es sencillo pero revestido de esa elegancia típica de los pequeños pueblos suspendidos en el tiempo.
Para no perderse
Desde hace unos años, en agosto se celebra la Notturna dei Sapori en bicicleta de montaña, a lo largo de un recorrido que serpentea desde San Lorenzo in Campo hasta Fratte Rosa, pasando por Montalfoglio. El evento es nocturno, por lo que los cascos de seguridad deben ir acompañados de antorchas para iluminar el camino. Hay varios puntos de avituallamiento donde abundan los productos típicos locales. Buena comida, deporte al aire libre y compañía, ¿qué más se puede pedir?
Un poco de historia
Cuando he dicho que Montalfoglio apareció en las crónicas en 1290, no estaba utilizando una metáfora, era simplemente eso. La primera noticia de su existencia está vinculada al pago de impuestos por parte del cura de Montalfoglio en nombre del abad de San Lorenzo. Su destino siempre ha estado fuertemente ligado al de la cercana San Lorenzo in Campo, con la que formaba un vicariato que el Papa Bonifacio IX donó a la familia Montevecchio en 1392. Cuando la familia se extinguió en la primera mitad del siglo XVII, el vicariato volvió a formar parte del Estado Pontificio.
Curiosidades
Hay muchos hilos y muchos tejidos que conectan estos pequeños pueblos entre sí. Uno de ellos es el agua, o mejor dicho, los lavaderos. Hay cuatro en la zona: uno en la aldea de San Vito sul Cesano, dos en San Lorenzo in Campo y uno justo en Montalfoglio, al otro lado de la puerta. Estas cuatro tinas han visto a muchas mujeres afanarse mientras lavaban la ropa, y han escuchado todas las historias, angustias y esperanzas que se contaban en esos momentos. Quizás sea el eco de estos recuerdos lo que hace que los antiguos lavaderos sean tan fascinantes.
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