Monselice y San Valentino

Para no perderse

Las siete pequeñas iglesias de Monselice son muy pequeñas, casi capillas: cada una lleva el nombre de una de las grandes basílicas romanas y tiene un retablo en su interior. La más grande es el Oratorio de San Giorgio, que alberga las reliquias de tres santos. Uno de ellos es el propio San Valentín.

Un poco de historia

Si el San Valentín que descansa en Monselice es el que protege a los enfermos y epilépticos, o el que protege a los enamorados, o ambos, es difícil de decir. Se trata de acontecimientos que se remontan a los albores de la Iglesia, en los que a menudo se confunden realidad y mito. La tradición de las llaves puede estar vinculada al origen pagano de la celebración del 14 de febrero, cuando los romanos honraban a la diosa Febris, diosa de la fiebre y protectora contra la malaria. Aunque la Iglesia intentó suplantarla con celebraciones del amor familiar, en algunas zonas, como la del bajo Padovan, parece haber sobrevivido el vínculo con los poderes de la diosa pagana.

Curiosidades

El nombre completo del Santuario de las Siete Iglesias de Monselice es Santuario Giubilare delle Sette Chiese (Santuario jubilar de las Siete Iglesias), querido por Pietro Duodo y, gracias a él, reconocido en 1605 por el Papa Pablo V como peregrinación que concedería la indulgencia plenaria a los fieles que la realizaran de corazón sincero. No es casualidad que las iglesias lleven el nombre de las principales basílicas romanas: era casi un compendio en suelo veneciano del camino de salvación del peregrino, a disposición de todos aquellos que no tuvieran fuerzas o medios para ir hasta Roma.