Monasterio de San Vincenzo in Volturno

Para no perderse

Un auténtico tesoro es la Cripta de Epifanio. Esta pequeña sala alberga un ciclo de frescos único en Europa en muchos aspectos. En primer lugar, está casi intacto, pero, lo que es extremadamente raro, se puede datar gracias a un abad del que se conoce el nombre y los años en los que ocupó el cargo. Está representado con un halo que indica que estaba vivo, o muerto recientemente, en el momento en que se pintó el fresco. Colores delicados pero vibrantes, figuras de increíble belleza que recuerdan los cánones figurativos bizantinos narran la vida de Jesús, de los primeros mártires cristianos, pero sobre todo de María, intermediaria entre el hombre y Dios y Reina del Cielo.

Un poco de historia

Siempre sede de una importante comunidad benedictina, se desconoce la fecha exacta de su fundación. Con el tiempo fue creciendo y entre los siglos VIII y IX alcanzó su apogeo, llegando a albergar hasta 300 monjes. El declive comenzó en el siglo IX, cuando el obispo de Nápoles decidió atacar el monasterio para debilitar la provincia de Benevento, sobre la que quería extender su dominio. Envió un ejército de mercenarios árabes para atacar a los monjes, que resistieron con fuerza, pero no pudieron evitar el incendio y la destrucción del monasterio. Entre abandonos e intentos de recuperación, el monasterio y su comunidad llegaron poco a poco a su desaparición definitiva en 1400.

Curiosidad

No fue hasta un corrimiento de tierras bajo los pies de un granjero en el siglo XIX cuando se redescubrieron estos lugares, y entonces llegó un equipo de arqueólogos y estudiosos en 1974. Uno de ellos recuerda divertido cómo, a su llegada, le confundieron con un terrorista alemán y le detuvieron. Aclarado el malentendido, un alguacil le acompañó a la cripta, pero con una clara advertencia: que no esperara nada, de todos modos, sólo era una pequeña habitación, con cuatro pinturas en las paredes.