"Mena-resta": la fuente del Lambro

Para no perderse

Cerca del manantial, en el lado izquierdo del desfiladero, hay una pequeña cueva conocida como el "Bus di pegur ", el "Agujero de las ovejas". Su entrada, modelada por los glaciares de tal forma que adopta la apariencia de una roca amontonada, conduce a ambientes en los que se pueden admirar estalactitas y otras formas de deposición, algunas de las cuales se asemejan a los lomos lanudos de las ovejas. Si, por el contrario, seguimos el camino del Lambro, pasamos junto a varias pequeñas cascadas y, al pie de la mayor, nos encontramos con la "Marmitta dei Giganti": un gran agujero formado por el trabajo continuo del agua.

Un poco de historia

El Lambro también atraviesa Asso, y aquí, en 1800, se cruzó con Stendhal. Leemos en el "Journal du Voyage la Brianza": "Antes de llegar a Canzo nos encontramos con una bonita cascada, la cascada de Vallategna. La cara de la caída es ancha y en este punto el Lambro, escondido en la roca bajo Ponte Oscuro, no está mal...'.

Curiosidad

Al parecer, una ola de calor azotó Brianza y provocó que el Lambro se secara, y muchos pensaron que la causa era la herejía arriana del rey. La reina Teodolinda, cristiana, rezaba a diario para conseguir agua. Impresionado por su fe, el rey le prometió que se convertiría si volvían las aguas del Lambro. Teodolinda pidió entonces ayuda a Eriprando, un piadoso ermitaño. Un misterioso cazador con arco y flechas se le apareció y le preguntó dónde estaban los manantiales: el cazador disparó una flecha que atravesó la base de un peñasco, haciendo brotar el agua tan esperada. El Lambro volvió así a la vida, y el manantial de Mena-resta había sido encontrado. El rey, fiel a su voto, se convirtió al cristianismo.