SHARRYLAND
La fortaleza de Monrupino (Repentabor)
Donde la Virgen puso su piececito
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
No lejos de la frontera eslovena y a pocos kilómetros de Trieste, en un punto estratégico para el control de las antiguas rutas comerciales, se alza sobre un relieve cárstico la Fortaleza de Monrupino, Repentabor en esloveno, hoy un minúsculo pueblo de poco más de 800 almas. La pequeña fortaleza alberga un santuario dedicado a Nuestra Señora (en el pasado destino de numerosas peregrinaciones), la casa parroquial y el edificio comunal. Todos los edificios dan a un gran patio, cuyos grandes árboles protegen del sol en verano.
Por qué es especial
Subiendo por una empinada y sinuosa carretera, el visitante se enfrenta a una imponente muralla de hasta ocho metros de altura en algunos tramos, interrumpida por una puerta fortificada en el lado oeste. Adosada a la muralla, la antigua rectoría es una construcción típica del Karst, tallada en piedra viva y recubierta después con losas. La pequeña iglesia, adornada con un altar barroco y pinturas del siglo XVIII, invita a la oración. Su campanario, erigido a principios del siglo XIX, es visible desde todo el Karst. Se siente una emoción especial al mirar a lo largo del muro norte: el panorama sin límites sobre la vegetación circundante, combinado con el aura de espiritualidad del lugar, dan paz y serenidad.
Imperdible
Los años impares, a finales de agosto, todo el mundo se reúne en la fortaleza para celebrar la "boda del Karst " según el antiguo ritual esloveno. Las celebraciones duran toda una semana, con serenatas de los novios, transporte de la dote y una procesión con trajes tradicionales del Karst desde Repen hasta Monrupino.
Un poco de historia
Se han encontrado restos que datan de la primera mitad del primer milenio a.C., pero la fortaleza propiamente dicha se construyó en 911 para defenderse de las frecuentes incursiones magiares. La iglesia, en cambio, aparece por primera vez en documentos episcopales de 1316 con el nombre de Sancta Maria in Reypen. Con las incursiones turcas del siglo XV, se construyó un muro, llamado tabor en lengua eslava, alrededor de la iglesia para proteger a los habitantes.
Curiosidades
Una leyenda del Karst cuenta que el diablo, que vagaba imperturbable por estos parajes, obstaculizó una vez la construcción de la iglesia. Los lugareños pidieron entonces ayuda a la Virgen, que venció al mal una noche de tormenta. De esta lucha queda una huella: en una roca, justo delante de la iglesia, está la pisada de la Virgen María, que vino a descansar aquí. Se dice que esta piedra da fertilidad a las mujeres.
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