Robiola di Roccaverano D.O.P.

Paisaje de la Alta Langa

Como ocurre con los grandes vinos, el suelo, la altitud y la exposición producen diferencias importantes para esta DOP. La leche encierra el sabor de la tierra, de las flores, de la hierba, de la flora bacteriana de los pastos. La proximidad al mar de Liguria, y por tanto la influencia del viento siroco, determina el clima suave y permite que crezcan algunas esencias típicamente mediterráneas: romero, salvia, laurel, pero también las especies herbáceas silvestres de los llamados "pastos de robiola".

Una historia de dedicación y resistencia

Para la producción de la Robiola di Roccaverano se utiliza también la leche de una raza autóctona, catalogada entre las razas locales en peligro de extinción: la cabra Roccaverano. El aislamiento de estas colinas facilitó el desarrollo de esta preciada raza local, sin embargo, hacia 1970, el número de cabezas de esta población caprina disminuyó de forma alarmante, hasta el punto de correr el riesgo de desaparecer.

Afortunadamente, lo irreparable no ocurrió en Roccaverano, gracias sobre todo a la presencia de pequeños productores, que han mantenido formas de cría con el uso de pastos incluso durante 8 o 9 meses al año. Esta dedicación ha permitido conservar la raza y hoy permite relanzarla.

Cabras de pastoreo

El atractivo de este queso procede, pues, del vínculo secular con la tierra y de la resistencia de los pequeños ganaderos, que han seguido elaborando su propio queso. Hoy en día, el "Robiola di Roccaverano" es producido por unas sesenta pequeñas empresas (y por un número indeterminado de empresas destinadas exclusivamente al consumo directo) y ha conquistado un lugar en el mercado de calidad, incluso fuera del Bajo Piamonte. Aquí se ha creado el Baluarte Slow Food "Robiola di Roccaverano Classica" y hay una docena de productores que han optado por la agricultura biológica.