La cúpula elíptica más grande del mundo

Imperdibles: los frescos de la cúpula

Con una superficie demás de 6.000 metros cuadrados (y esto también es un récord), los frescos de la cúpula desarrollan un único tema: la historia de la salvación contemplada a través de la vida de María: su nacimiento, su peregrinaje por la vida terrenal y su Asunción al cielo entre los ángeles, en la gloria del encuentro con su hijo Jesús. Otras figuras completan el mensaje de fe: las virtudes cardinales (Justicia, Fortaleza, Prudencia y Templanza), cuatro Doctores de la Iglesia (San Agustín, San Bernardo, San Ambrosio y San Gregorio), los apóstoles. Merece la pena mencionar los nombres de los artistas, que no figuran entre los más conocidos: Mattia Bortoloni, de Rovigo, y Felice Biella, de Milán.

Un poco de historia: el pilón

Todo empezó con un humilde pilón campestre, un santuario votivo que representaba una dulce Virgen con el Niño. Esta es la imagen sagrada que hoy se venera en el suntuoso santuario central del Santuario. Un detalle curioso: en el pilar hay un agujero de trabuco, culpa de un torpe cazador cuyo nombre aún se transmite: Giulio Sgargiano. Cuando se extendieron los rumores de milagros, el pilar se convirtió en el destino de cada vez más peregrinos. Primero se construyó una capilla a su alrededor y después el gran santuario, basado en un diseño del arquitecto de la corte Ascanio Vittozzi (1539-1615). La obra tardó tres siglos en completarse, por lo que muestra diferentes estilos en el exterior. Alrededor de la basílica se construyó una gran corona de palacios porticados para alojar a los fieles, la Palazzata.

Curiosidad: ¿se puede visitar la cúpula?

Con arnés y casco, es posible subir a la cúpula. Tras 266 escalones atornillados en una estrechísima escalera de caracol, el amplio y ondulado horizonte de las Langhe es un espectáculo incomparable.