SHARRYLAND
El taller del maestro del hierro Pietro Trivilino
La dulzura de la artesanía antigua
¿Dónde está?
Un taller histórico en el corazón de la ciudad, un lugar del corazón para recordar a antiguos artesanos que ahora están desapareciendo.
La vida del taller
El tintineo metálico del hierro forjado, ecos de antiguos oficios marcados por el ruido incesante de una artesanía hoy desaparecida de nuestra vida cotidiana y de la memoria colectiva. La satisfacción del fuego, del hierro forjado, de la fragua, del martillo; los cinceles y leznas, los alicates que se convierten en prolongaciones naturales del artesano, cuyas manos muestran lo doloroso que puede llegar a ser ese oficio tan querido.
La entrada al taller del maestro, ligada a muchos recuerdos entrañablesLa memoria del metal
Todo esto en Ortona es sinónimo de Pietro Trivilino, maestro del hierro, orgulloso lanciano y ortonés de adopción, que tenía su taller en la Via Cavour de Ortona. El 26 de diciembre de 2020, 16 años después de la muerte del maestro, y en el día de su cumpleaños, su taller fue finalmente reabierto al público. Un taller con sus obras iluminadas por luces, su fotografía, sus famosos Cristos, el arte de saber dónde y cómo golpear el martillo para hacer que el material siga lo que uno tiene en la cabeza, hasta convertirse en una pieza artística única. Un lugar simbólico, donde el metal no está frío, sino impregnado del calor del recuerdo afectuoso de quienes han tenido la suerte de ver trabajar al artista.
En el interior del taller, las obras de Trivilino están expuestas junto a una foto suyaRetrato de un artesano
El maestro Trivilino, hombre de extraordinarias cualidades artísticas y humanas, es recordado por todos con su enorme bigote y sus prominentes patillas, su voz jovial y sus ojos rojos llorosos entre las salpicaduras incandescentes del soplete. Pero el recuerdo más bonito es el de un hombre en la puerta del taller ofreciendo caramelos a los niños mientras les cuenta la historia de Pinocho, su obra más conocida y expuesta a la entrada con la placa que reza "Soy Pinocho: amable, estudioso, alegre y fino, porque lo hizo Trivilino". Una obra quizás tan querida precisamente porque, como Geppetto con su trozo de madera, los maestros del hierro quemado poseen el gran arte de dar un alma a un simple trozo de hierro.
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