SHARRYLAND
El arte de los canteros de Sant'Ippolito
Entre monstruos de arenisca y marionetas de escayola
¿Dónde está?
El arte de la piedra
No podrá comprender la magia de Sant'Ippolito si no deja el coche y camina por Via Raffaello y luego hacia el campanario. Si lo hace, descubrirá que sus ojos se distraen a menudo, deteniéndose ante el portal de un palacio, siguiendo sinuosas molduras y volutas que se convierten en monstruosas máscaras, descubriendo pequeñas esculturas religiosas en casas y santuarios a lo largo de las estrechas calles fuera del centro de la ciudad. Es un auténtico museo al aire libre que serpentea a lo largo de la Via Raffaello, y dentro del casco antiguo, antes de llegar a los hermosos altares de las iglesias, ricamente decorados.
Lejos de ser ocioso, este movimiento continuo en las fachadas de los edificios es testimonio de un arte antiguo arraigado en el alma de los Santippolitesi. Tal era la maestría de los canteros locales que su trabajo fluía como un río desbordado desde sus talleres y se derramaba sobre los edificios del casco antiguo. Sin embargo, algunas de las obras de arenisca que enriquecen las calles del centro y las aldeas son de artistas contemporáneos de todo el mundo, creadas durante "Esculpir en la plaza", un prestigioso simposio internacional de escultura que se celebra cada año en julio desde 2000 hasta 2016.
Virgen orante (1793), Palacio GuerraEl orgullo de una pequeña gran aldea
No es casualidad que el pueblo siga llamándose "el pueblo de los canteros ". De hecho, en la zona de Sant'Ippolito había canteras de piedra arenisca de un bello color amarillo y azul. La zona también presumía de la presencia de canteras de yeso con maestros hábiles en su elaboración, tan buenos que nació la leyenda de que las mujeres en busca de marido sólo tenían que "peregrinar" a Sant'Ippolito para que les hicieran un marido a medida, el llamado "pupo di gesso".
La abundancia de materias primas favoreció el nacimiento de una densa red de talleres altamente cualificados. Un historiador local, Augusto Vernarecci, escribió en 1900 que "los habitantes estaban inevitablemente condenados al olvido por la pequeñez del lugar, pero escaparon de él dedicándose desde muy temprana edad al trabajo de la piedra tallada, copia de la que poseían en los alrededores, y más tarde a la incrustación de mármol". Con el paso de los siglos, los artesanos locales adquirieron destreza, estima y prestigio, hasta el punto de ser solicitados en toda Las Marcas y Umbría.
Escultor trabajandoUn día de cantero
Pasear por las calles del pueblo es sin duda una buena manera de admirar su belleza, pero ¿por qué no hacerlo más interesante? Por ejemplo, puede poner sus manos a la obra participando en el curso de escultura en piedra arenisca que organiza anualmente la Pro Loco, visitar un taller de cantería o, por qué no, participar en una búsqueda del tesoro de las obras en piedra arenisca antiguas y modernas diseminadas por las calles de Sant'Ippolito y sus aldeas, con una primera parada en MUTAS, un museo del territorio y del arte de los canteros dedicado al maestro Rossi.
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