SHARRYLAND
El antiguo claustro de Sant'Antonino
Un oasis de paz y silencio en el centro de Varese
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Un espacio cerrado, inmerso en el corazón de la ciudad y, sin embargo, tranquilo y apacible, como en otro mundo. A la sombra de los pórticos que delimitan el claustro, parece como si aún se oyera el susurro de las túnicas de las monjas benedictinas de clausura de la orden de Sant'Antonino, que vivieron aquí. Construido entre 1571 y 1606, aún conserva su forma original y, aunque hoy en día las residencias privadas lo dominan, todavía es posible admirar algunos de los frescos y las entradas a las antiguas estancias dedicadas en su día a las monjas.
Por qué es especial
Si desea un poco de silencio y tranquilidad, no hay mejor lugar que el Claustro de Sant'Antonino. Conocido por muchos y frecuentado por pocos, permite redescubrir su antigua historia en el corazón de Varese; dejado casi intacto por voluntad de sus propietarios, conserva intacto el vínculo con sus orígenes.
No se lo pierda
En su interior, podrá descubrir fragmentos de su antigua vida: los espléndidos frescos pertenecientes a la antigua iglesia, como el edículo con la Inmaculada Concepción de Federico Bianchi. Los parterres que decoran el claustro son aún más bellos con las floraciones primaverales, delimitados por un pórtico puntuado por columnas acopladas, obra del arquitecto Giuseppe Bernasconi.
Un poco de historia
El actual complejo denominado "Case Veratti " fue un monasterio al que se trasladaron las monjas benedictinas de Luvinate por orden del cardenal Borromeo. Situado en el antiguo pueblo a instancias de los varese, se construyó primero la Sala Veratti, seguida del claustro, que comunica con la Iglesia y el Refectorio. En 1600 fue sede de la Scuola delle Educande para niñas varese; cuando el monasterio fue suprimido en 1789, todo el complejo fue adquirido por Pietro Veratti, antepasado de los actuales propietarios, que lo transformó en casas particulares y talleres.
Curiosidades
La iglesia, que daba al actual Corso, tenía una doble entrada: una interior y otra exterior. De ella se conservan los frescos del interior del claustro. Parte del monasterio fue arrasado por las aguas del Vellone y en 1736 se construyó un puente, conocido como la "Campagnola ", para conectar el monasterio y sus terrenos. El material utilizado fue rescatado, hasta el punto de que pueden verse algunas columnas romanas entre los presentes.
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