La abadía benedictina de Santa Bona en Vidor

No se lo pierda

Hay dos frescos antiguos que nos hablan de la vida de la abadía en su época dorada. El primero, en la iglesia, representa a San Cristóbal, patrón de los barqueros, muy activos en este lugar debido al vado del río situado a poca distancia. El segundo destaca en una pared del claustro: se trata de un gran fresco que atestigua la presencia de los abades de Pomposa en la abadía y la función del lugar como estación de llegada y partida de las peregrinaciones.

Un poco de historia

Construida entre los siglos XII y XIII, fue la primera Abadía dependiente de Pomposa en la diócesis de Ceneda y la más septentrional de toda la zona, mereciendo en 1175 el título de Monasterio. Como muchas otras abadías tuvo periodos de florecimiento y otros de abandono, hasta el punto de que fue vendida a particulares. Antes de la derrota de Caporetto, se había instalado aquí un hospital de campaña con capacidad para 100 camas, que fue desmovilizado tras la ruptura del frente. La abadía fue destruida casi por completo durante la Gran Guerra, pero afortunadamente sus propietarios se esforzaron en reconstruirla lo más fielmente posible al original.

Curiosidades

Tres de los cuatro grupos de columnas de las esquinas del Claustro están anudadas: estas columnas llamadas "ofíticas " encierran el significado de la intersección de lo humano y lo divino, simbolizando la doble naturaleza humana y divina de Cristo. Pero hay otro misterio que se cierne sobre la Abadía: las dos cruces sobre los capiteles de la entrada de la Iglesia sugieren que la Abadía fue una guarnición templaria... quién sabe, después de todo, fue un caballero quien trajo aquí las reliquias de Santa Bona...