SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Está situado en lo alto de una colina. Puede parecer extraño, en plena naturaleza, encontrarse cara a cara con una serpentina de hormigón. Tal vez, a primera vista. Pero si se mira un poco en la distancia, sumergiéndola en el paisaje circundante, uno se da cuenta de que, a pesar de todo, está perfectamente integrada en su entorno. La entrada parece una ojiva alta y estrecha que da paso a un camino en espiral. Este laberinto, a diferencia de los que estamos acostumbrados, no tiene bifurcaciones. No hay que elegir, no hay posibilidad de perderse. Se sigue el camino que, serpenteando sobre sí mismo, lleva al centro.
Por qué es especial
Parece un sinsentido, un laberinto con un único camino. ¿Y si uno se pierde y vuelve a encontrarse? En realidad, para encontrarse no es necesario perderse físicamente. A veces, el ajetreo de las ciudades en las que vivimos, el ritmo frenético, los obstáculos o las penas, nos desorientan y nos llevan a vivir como en otra dimensión, lejos de nosotros mismos. En estos casos, lo que necesitamos es un camino suave y envolvente que nos guíe y nos acune, dándonos la calma que necesitamos para encajar todas las piezas y volver a ser nosotros mismos.
Para no perderse
Volver a encontrar el centro, alcanzar una sensación de paz, regresar a nuestros orígenes. Sea cual sea el motivo que le des a tu camino, lo encontrarás al final del laberinto y no, no es una metáfora. La serpentina desciende nivelada, poco a poco, llevándote a una cámara al aire libre que alberga un árbol, un olivo. Al final del hormigón, vuelve la naturaleza. Fuerte, elegante, símbolo de paz. No se podría haber elegido un árbol mejor.
Un poco de historia
Aún no hemos mencionado que el Laberinto de Ariadna es una escultura del artista Italo Lanfredini. Como él mismo cuenta, el proyecto del laberinto comenzó en 1987 tras ganar un concurso organizado por el mecenas Antonio Presti, creador del proyecto Fiumare d'Arte. Al llegar al lugar que acogería su obra, Castel di Lucio, dos cosas llamaron la atención de Lanfredini: las calles laberínticas del pueblo y la cultura griega que se respira en los yacimientos arqueológicos sicilianos. Estas dos sugerencias se fusionaron y condujeron, un año más tarde, a la realización efectiva del laberinto.
Curiosidad
El Laberinto de Ariadna es la más costosa de las obras del proyecto Fiumare d'Arte. La última parte del recorrido hasta la obra es muy empinada, lo que obligó a las hormigoneras que transportaban el hormigón a viajar sólo a media carga, duplicando así el tiempo y el gasto de transporte. Afortunadamente, ¡valió la pena!
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