SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Si se encuentra en Strada Battaglia y le llama la atención una mole bastante imponente situada en el lado opuesto del canal, entre la vegetación, será mejor que se detenga. Observará un edificio sólido y compacto al que se accede por un puente. Los muros exteriores terminan en almenas, como murallas defensivas. En contraste, una parte más baja, casi como un elegante y ligero balcón. Al entrar en el edificio por la puerta principal, queda claro que la fachada fortificada del castillo es sólo eso, una fachada. Nos encontramos en un elegante patio encerrado entre el ala más reciente del castillo y una escalera que conduce a los pisos superiores del edificio: el Catajo.
Por qué es especial
Parte del encanto del Catajo se debe a su conexión con la naturaleza: toda la estructura está enmarcada por el verde, ya sea la vegetación espontánea de las colinas, ya sean plantas buscadas para adornar los jardines interiores y el espléndido parque exterior. El agua también desempeña un papel importante: el estanque del parque refleja la figura del castillo como un espejo, acogiéndolo como una parte de sí mismo, y siempre es el agua la que parece haber originado el nombre de Catajo, o Ca' del Tajo, donde Tajo indica el canal de Battaglia. Por último, la roca es el corazón del castillo, ya que algunas de sus partes están excavadas en la traquita de las colinas.
Para no perderse
El Catajo es pura escenografía. En particular, la terraza ofrece una vista incomparable de las Colinas Euganeas, y las salas del primer piso cubiertas de frescos rinden homenaje a la familia Obizzi, histórica propietaria del castillo. La riqueza y majestuosidad de cada detalle gritan el poder de la familia. ¿Un ejemplo por encima de todos? Las chimeneas. También pintadas al fresco, algunas conservan los paneles de madera, parte integrante del ciclo pictórico, que servían para cerrarlas. Todo un gasto poner una chimenea en cada habitación, sobre todo en una residencia de verano donde son irremediablemente inútiles. ¡Ah, estos Obizzi!
Un poco de historia
Los Obizzi, originarios de Borgoña y hábiles capitanes de fortuna, encontraron fortuna en Italia. Pío Eneas I, quiso ampliar la casa de su madre, Casa Beatrice, y él, ayudado por un arquitecto, diseñó una residencia digna de su familia, que se hiciera eco de su poderío militar, pero que superara en belleza y riqueza a las demás villas de la zona. Ampliada a lo largo de los siglos, permaneció en manos de la familia Obizzi hasta su extinción en 1803. Entre los propietarios posteriores figuran los Habsburgo. Tras altibajos, el castillo sigue siendo propiedad privada, pero está cuidado con cariño y abierto al público.
Curiosidades
El Catajo también tiene visitantes insólitos: los fantasmas. El más famoso es el de Lucrezia Obizzi, nacida Dondi Dall'Orologio. Asesinada en su casa de Padua por rechazar a alguien que quería abusar de ella, regresó a su hijo en sueños, pidiéndole que llevara la piedra manchada con su sangre al castillo que tanto amaba. Desde entonces, una dama vestida de azul o rosa aparece a veces en las ventanas más altas del edificio. Sin embargo, parece que no está sola: la sirvienta Gabrina también deambula por el interior del castillo. En el jardín, sin embargo, se encuentra la tumba de Barbara Querini, esposa y víctima del último Obizzi, Tommaso. Ten cuidado al deambular por aquí, parece que sigue muy enfadada.
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