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Fragmentos resistentes
Los cocci de Fratte Rosa no son sólo objetos. Son una tradición antigua y original en forma y diseño. Una actividad productiva centenaria y, por tanto, profundamente arraigada en la propia historia del pueblo, que no quiere olvidarla ni dejar que caiga en desuso por la aparición de materiales más modernos. Son excelencias que los artesanos del pueblo mantienen vivas produciendo en sus talleres auténticas obras maestras suspendidas entre lo antiguo y lo moderno.
La actividad artesanal vinculada a la terracota está profundamente arraigada en la historia de Frattana: hasta 1920, de hecho, había 12 hornos en la zona que empleaban en total a unos 50 trabajadores. Con la llegada del aluminio y el plástico, estas actividades corrieron el riesgo de extinguirse y, en consecuencia, los talleres artesanales disminuyeron en número.
Recientemente, sin embargo, se ha producido un renacimiento de la tradición, con la reapertura de algunos talleres que han recuperado el método artesanal local. Actualmente hay cuatro talleres en funcionamiento y hoy, como antaño, la arcilla se extrae en el campo adyacente al antiguo Convento de Santa Vittoria.
El arte en la vida cotidiana
El nombre cocci, de claro origen popular, se refiere principalmente a los objetos de terracota de uso doméstico. Se trata principalmente de recipientes para cocinar y conservar alimentos con formas tradicionales, como jarrones, platos, ollas, agarraderas, hornillos, bocalette, piñas, jarras de aceite y terrinas, realizados en el torno del alfarero y caracterizados por la sencillez de sus formas y acabados.
Lo que caracteriza la producción de Frattese de las demás es el intenso y vivo color berenjena negro azulado, que se difumina ligeramente en un marrón oscuro de extraordinario lustre. Otra peculiaridad es el esmaltado, a base de sílice: la cantidad de sílice y dónde encontrar la mejor para obtener la cantidad justa de esmalte sigue siendo un secreto transmitido de padres a hijos.
Tras la pista de la tradición
La tradición de los cocciari está tan arraigada y extendida en Fratte Rosa que se ha creado un verdadero itinerario de la terracota, que une la belleza del centro con los talleres históricos, uno de los cuales pertenece a una familia de cocciari desde 1730. La artesanía local combina técnicas originales con formas modernas para hacer intemporales estos espléndidos artefactos.
El itinerario puede terminar en el Museo Demoetnoantropologico delle Terrecotte, en el espléndido marco del Convento de Santa Vittoria, del siglo XIII, que merece una visita en sí mismo. Si siente curiosidad por saber más, venga a conocer la tradición en los talleres de los artesanos locales, ¡no se arrepentirá!
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