Fiesta de San Donato di Auletta

Iglesia de San Nicola en Auletta

La procesión

El17 de agosto, a primera hora de la mañana, se alcanza el punto culminante de las celebraciones: es en este momento cuando la reliquia de San Donato, así como un busto suyo de plata, son llevados en solemne procesión. El bus to, que representa al santo en éxtasis, es un objeto de 1723 donado por la marquesa de Caggiano en acción de gracias por la curación de su sobrino. Adornado para la ocasión con flores y hojas de palma, durante las fiestas patronales es llevado en procesión por las calles de la ciudad, seguido por los fieles, muchos de ellos descalzos, y la banda municipal. Sin embargo, el busto no es el único que procesiona: ese día también desfila por las calles la rel iquia que se conserva en la iglesia de San Nicola in Auletta. El relicario tiene forma de brazo levantado, ya que se trata precisamente de esta parte del cuerpo. Finalmente, el 18 de agosto, las celebraciones terminan con otra procesión que parte de la iglesia matriz de San Nicola di Mira y termina en la iglesia de San Donato, acompañada de fuegos artificiales.

San Donato da Ripacandida

Donato Simone da Ripacandida nació en el seno de una familia humilde en 1179. Comenzó a seguir su vocación a los catorce años, trasladándose al monasterio benedictino de Sant'Onofrio di Massadiruta, en Petina, cerca de Salerno, pero le dijeron que era demasiado joven y que se presentara al año siguiente en la abadía de Montevergine. En 1195, regresó a Petina, al monasterio de Sant'Onofrio. Este mismo lugar, el mismo en el que el santo expiró el 17 de agosto de 1198, con sólo 19 años de edad, sigue siendo visible en forma de impresionantes ruinas.

Ruinas del monasterio de Sant'Onofrio en Petina

Donato tenía apego al agua: había elegido para sí una forma particular de penitencia. Por la noche, cuando los hermanos dormían, descendía a la cueva excavada por un arroyo justo debajo del monasterio y se zambullía en las frías aguas. Una vez, el abad, ajeno a todo, le siguió y, al ver sus ropas abandonadas fuera de la cueva, pensó que era impuro y decidió castigarle robándole la ropa. Sin embargo, tuvo que cambiar de opinión cuando ese mismo día lo vio regresar de la cueva completamente vestido: ¡la ropa había reaparecido donde Donato la había dejado!

Su fama se extendió a los pueblos vecinos y muchos habitantes de Auletta le pedían consejo. Incluso parece que una vez fue el propio santo quien se quitó el antebrazo derecho en respuesta a los gritos de los habitantes de Auletta. Este sería el origen de la reliquia, que ha permanecido intacta durante siglos, conservada en el relicario de plata de 1618 y venerada en Auletta en la Iglesia Matriz. Una curiosidad: algunas personas han tenido la oportunidad de tocar directamente la rel iquia del brazo de San Donato. Todas ellas cuentan haber tenido una experiencia sensacional: al abrir el relicario, se desprende un perfume desconocido e intenso que parece venir de otro mundo y es tan cautivador que, aunque haya otras personas alrededor, uno se olvida de ellas y se queda cara a cara con el santo.