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¿Dónde está?
En Fano, el Carnaval es más que una fiesta, es un acontecimiento cultural con el que la ciudad se identifica. Y es que en Fano se celebra el Carnaval más antiguo de Italia, documentado por un manuscrito fechado en 1347 que aún se conserva. Desde entonces, el Carnaval se celebra puntualmente; un comité organizador apasionado se encarga cada año de escenificarlo con la ayuda de maestros del antiguo arte del papel maché que preparan las gigantescas estructuras móviles, siempre nuevas en cuanto a temas y asuntos. El resultado es una fiesta llena de gente alegre y juguetona que espera con impaciencia el desfile de carrozas. Cada año es una sorpresa, cada año es una alegría, un caleidoscopio de formas, sonidos y colores que calienta los corazones de todos los presentes. La espera, sin embargo, no termina con el avistamiento de las primeras carrozas. Hay al menos tres elementos característicos del Carnaval de Fano que se consideran realmente imperdibles, y cada uno tiene su propia historia que contar.
El Getto
Del carnaval, ya se sabe, se vuelve a casa cubierto de confeti, y ésa es una de las alegrías de esta fiesta. En Fano, sin embargo, a veces se ve a la gente con paraguas a pesar de que el día no promete lluvia... No querrán resguardarse del confeti, ¿verdad? La verdad es que no. Si es la primera vez que asiste al Carnaval de Fano, pronto se dará cuenta de que los paraguas se abren, sí, pero al revés y se utilizan como palanganas. Otras personas sacan conos de cartón y los elevan hacia arriba. La multitud crece, las carrozas desfilan y ha llegado el momento: comienza el Getto. Una espesa lluvia cae sobre la multitud: chocolatinas, caramelos, dulces, y todo el mundo intenta coger todos los que puede, quizá con los paraguas-gatos que atrapan esta dulce lluvia de casi doscientos quintales de caramelos. No hay duda, ¡el Getto hace que el de Fano sea uno de los Carnavales más dulces! Pero este lanzamiento no es sólo un fin en sí mismo, como prometía, sino que tiene su propia historia: los participantes en la carroza lanzan los bombones de la misma forma que los agricultores solían arrojar las semillas en los campos, un gesto que se repite cada año como deseo de (dulce) prosperidad.
El Vulón
Entre el desfile de carrozas destaca la del "Vulòn", icono del carnaval de Fano, una máscara del fanfarrón fan farrón, que el martes de Carnaval termina su desfile en llamas, llevándose consigo el invierno. El sonido del nombre trae ecos franceses y, de hecho, esta figura grotesca nació en la época napoleónica. Precisamente durante ese periodo de dominación francesa, había personajes que recorrían a menudo las calles de la ciudad: eran los rematadores de edictos que, pavoneándose y con voz atronadora, anunciaban a los ciudadanos nuevas leyes y, a menudo, nuevos impuestos. La frase ritual de presentación de nuevas obligaciones e impuestos contenía la expresión: ".. .nous voulons et nous ordonnons...", que traducida al italiano significa "...queremos y ordenamos que...". Ni que decir tiene que los subastadores eran odiados por la gente, que empezó a llamarlos Vulon. Su desprecio era tal que la aparición de la máscara burlona y profanadora y de la carroza alegórica fue tan natural como inevitable. La Vulon, a pesar de sus antiguas raíces, está muy en consonancia con los tiempos, y cada año adopta los rasgos de personajes o situaciones que han destacado en los últimos tiempos por su arrogancia y prepotencia.
La Música Arabita
El desfile va acompañado de una banda folclórica de Música Arabita. Alineados en una carroza dedicada a ellos, estos músicos exhiben los instrumentos más estrambóticos, como cencerros, cafeteras, paraguas y cualquier otra cosa improvisada. El nombre de Música Arabita está, de nuevo, ligado al origen de este género. Volvamos de nuevo al siglo XIX, pero esta vez hacia el final, cuando el pueblo, obreros, campesinos y marineros, cansados de la brecha social que existía entre ellos y la clase noble, decidieron clamar por su existencia y sus derechos. Lo que hacían, sin embargo, no era en absoluto violento; al contrario, empezó como un juego, una burla, hasta convertirse en un verdadero género musical folclórico. Arabita en dialecto local significa "enfadado " porque, como hemos dicho, esta nueva música era una reacción a la música culta de los salones de la nobleza. No se trataba de violines y pianos, sino de instrumentos de la vida cotidiana que se mezclaban para crear un alboroto. Con el tiempo, la rabia pasó, la reacción se convirtió en tradición y los instrumentos cambiaron, o mejor dicho, conservaron su capricho, pero se volvieron capaces de producir sonidos más armoniosos, de modo que en 1929 nació oficialmente la banda folk que aún hoy nos alegra con tanta energía.
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