El 'fagheron del Cristo', leve testigo de la historia

Para no perderse

Llegar hasta él no es difícil, un tranquilo paseo que se adentra en la exuberante naturaleza de las laderas del Monte Grappa para adentrarse después en un fresco hayedo. Resulta especialmente atmosférico en otoño, cuando las hayas se preparan para dejar caer sus hojas. Aquí, entre muchos de sus pares, aguarda el patriarca, parada ineludible para los viajeros que descansan en su presencia, o le saludan respetuosamente desde lejos.

Un poco de historia

En sus muchos años de vida, unos 150, quién sabe cuántos y qué personalidades han pasado por el fagheron de Borso del Grappa. Entre ellos, al menos uno nos es bien conocido: en 1901 pasó por el hayedo centenario el entonces Patriarca de Venecia, Giuseppe Sarto (más tarde Papa Pío X), que subió a Grappa a lomos de una mula para inaugurar el santuario recién construido.

Curiosidad

Su nombre, fagheron del Cristo, deriva de un crucifijo colocado en su tronco. Se suponía que esta efigie servía de protección y buen augurio para los viajeros, pero no siempre estuvo aquí. En otro tiempo estuvo sobre otra haya centenaria, homónima a la actual y situada no muy lejos. Esta planta fue talada durante la Segunda Guerra Mundial, pero el Cristo se salvó y se entregó a un nuevo huésped.