SHARRYLAND
De Crespadoro a Madonna della Corona
En peregrinación a la iglesia enclavada en la roca
¿Dónde está?
Secuenta que una noche se vieron misteriosos destellos en la ladera del Monte Baldo. Cuando unos valientes llegaron al lugar exacto de la escarpada pared, encontraron la estatua de una Madonna, milagrosamente llegada allí desde la isla de Rodas. Y fue precisamente allí donde la Madonna había decidido situarse donde se construyó el santuario, con vistas al valle del Adigio, incrustado en la roca a 774 metros de altura.
La peregrinación desde Crespadoro es sin duda uno de los itinerarios más bellos y sugestivos, tanto por sus aspectos paisajísticos y sus características culturales e históricas, como por sus aspectos religiosos: una verdadera experiencia de fe. Partiendo de Crespadoro, la ruta dura nada menos que tres días, con dos paradas programadas en refugios de altura. El último tramo consta de nada menos que 1.500 escalones, con un desnivel de unos 600 metros.
Con judías en los zapatos
No tenemos claro cómo se originó esta costumbre, pero nuestros mayores dicen que 'i nasea a domandar la grassia oncor prima de lori', estrictamente 'a pié', dados los tiempos, y con devoción. Se dice que algunos solían recorrer todo el camino con 'i fasui 'ntele scarpe ' para 'permenire' algún pecado.
La tradición había decaído un poco en los años del boom económico, probablemente debido a las mayores posibilidades económicas que permitían destinos más 'fashion' y menos exigentes. Fue la llegada a Crespadoro de Don Giuseppe Zanettin, que permaneció en el valle alto de 1980 a 1987, unida al deseo de algunos jóvenes de la época de redescubrir las tradiciones locales, lo que volvió a poner de moda esta peregrinación.
De camino
El período era el de las vacaciones, y el itinerario preveía la salida de la plaza con una bendición y la continuación hacia la cadena de nuestros montes, pasando por Bertagnoli, Scalorbi, Pertica, el valle del Ronchi, Ala, el valle del Adigio, Brentino, para llegar al Santuario "a ora de messa".
Desde los años 80, muchas personas han redescubierto esta antigua costumbre, con recorridos diferentes. Los hay que suben hasta Fraccaroli, pasando por la malga Sinél, y luego descienden por el Val del Gato hasta Ala, y los hay que abordan la Lessinia oriental con sus 365 "malghe" (cabañas de pastores ) hasta llegar a Fosse, y luego afrontan el empinado descenso por el bosque de Peri, cruzan el Adigio y llegan a Brentino. A partir de aquí comienza el " Sentiero della Speranza" (Sendero de la Esperanza) , con sus interminables escalones y sus imperdibles vistas. Y aquí, por fin, se vislumbra el destino, aferrado a la pared rocosa: el santuario de la Madonna della Corona.
El destino
Un rápido refrigerio y a la iglesia enclavada en la pared rocosa: algunos se confiesan y luego suben la santa escalera de rodillas, elevando una plegaria a cada paso; otros simplemente asisten a misa en la iglesia abarrotada de peregrinos, muchos de los cuales han descendido desde el pueblo de Spiazzi, que domina el lugar santo. Al final era y es obligado pasar por la pequeña tienda de recuerdos para comprar un recuerdo del lugar, prueba tangible del esfuerzo realizado para llegar hasta él. Algunos lo han hecho varias veces y cada vez vuelven con nuevas anécdotas y nuevas rutas recorridas. Pero lo que les une a todos es la íntima satisfacción de haber logrado una pequeña pero significativa "hazaña personal".
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