Cementerio monumental de la Certosa de Bolonia

Para no perderse

En el Claustro III, los monjes del siglo XVI partían hacia la iglesia adyacente de San Girolamo: tres siglos después, los vanos del pórtico están cubiertos de pinturas funerarias, únicas en Europa, que junto con las grandes estatuas de estuco nos llevan de paseo por el Neoclasicismo. Art Nouveau, en cambio, son las dos estatuas que parecen danzar hacia el cielo sobre su fondo azul, en el monumento de Rizzoli en la celda Magnani de al lado. Un poco más allá, el Claustro VI está dedicado, desde los años veinte, a los Caídos de la Gran Guerra. Sin embargo, desde la década siguiente, este monumento subterráneo se encuentra frente al monumento a los Mártires fascistas. Los partisanos preferían otro patio.

Un poco de historia

Cuando Napoleón suprimió la Certosa di San Girolamo, del siglo XIV, la Comisión Sanitaria del Departamento de Reno identificó estos espacios aireados en las laderas del Colle della Guardia como el lugar perfecto para fundar el mayor cementerio de Bolonia. Desde lo alto de la colina, el Santuario de San Luca conectaba la ciudad con el cordón umbilical de los pórticos, que comenzaban en via Saragozza y tocaban el perímetro de la Certosa, dentro del cual el nuevo símbolo de la ciudad no ha dejado de evolucionar desde 1801 hasta nuestros días.

Curiosidades

Un majestuoso sarcófago cuadrado lleva el nombre de Giosue Carducci en el campo del mismo nombre. Pero no todos los héroes están revestidos de mármol. El legendario Lucio Dalla debió de pensar lo mismo, por la ligereza de la silueta de bronce frente a su tumba. Y con él Joe Cassano, la mejor cara del rap boloñés, trágicamente fallecido en 1999 y enterrado aquí. Aunque la poesía cambie, los poetas siguen descansando juntos.