Iglesia de los Santos Quirico y Giulitta en Veglio

Qué es y dónde está

La iglesia de los Santos Quirico y Giulitta se encuentra a las afueras del pueblo de Veglio, en una encantadora posición panorámica. Es un gran edificio de planta rectangular y una sola nave, cubierta por una bóveda de cañón que descansa sobre un alto entablamento, bajo el cual se sitúan los cuatro arcos que dan acceso a las capillas laterales. Vista desde el exterior, no parece muy especial, con sus alzados enlucidos y pintados, pero si se detiene un momento a observarla, descubrirá que algunas partes están realizadas con grandes piedras regularmente escuadradas que parecen salidas directamente del románico lombardo.

Por qué es especial

Estas piedras se encuentran en el lado sur de la capilla anexa y en el antiguo ábside del lado este de la iglesia. Sí, la antigua capilla medieval fue girada 90 grados con respecto a la actual. Se trata de una antigua joya enclavada en una hermosa iglesia barroca, considerada uno de los ejemplos más bellos e intactos de la arquitectura del siglo XII en la zona de Comacine. Se pueden reconocer los rasgos característicos de la arquitectura románica lombarda, dada la construcción en piedras perfectamente escuadradas, la presencia de arcos románicos y las ventanas abocinadas. En su interior se puede admirar un ciclo de frescos que representan la historia de la Pasión de Cristo y de los Evangelistas y que datan del siglo XIV.

No se pierda

La rica decoración de estucos, estatuas, pinturas y frontales de la iglesia es obra de artistas de Intelvi. Destaca la Virgen del Rosario de la segunda capilla de la izquierda, realizada en 1642 por encargo del capitán Antonio Selva de Veglio. La primera capilla de la derecha se construyó en el presbiterio de la iglesia medieval y está dedicada a la Virgen; el nicho del imponente altar barroco alberga una pequeña estatua de madera de la Virgen con el Niño. Desde los laterales de este altar se accede al ábside medieval.

Un poco de historia

La iglesia actual se construyó a principios del siglo XVII, tras la visita del obispo católico Ninguarda. Originalmente, aquí había una pequeña iglesia medieval, de la que se conserva el ábside, que data de los siglos XI-XII. Los trabajadores de Intelvese, siguiendo a los primeros cruzados, adquirieron la técnica de extracción y trabajo de las piedras perfectamente escuadradas en la base del estilo románico lombardo y la difundieron en el Valle, determinando el nacimiento del estilo románico comacino.

Interior de la iglesia

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