SHARRYLAND
Iglesia de los Muertos
Fascina e intimida al mismo tiempo. Una experiencia que no olvidará
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
En una de las calles más antiguas, hoy dedicada al urbanita Filippo Ugolini, se encuentra esta iglesia que realmente no puede pasar desapercibida, ni por su portal de piedra rosa local y el entrelazado de decoraciones típicas del estilo gótico, ni por lo que esconde en su interior. En una sala detrás del altar mayor descansan 18 personas, hombres y mujeres cuyos cuerpos han llegado hasta nosotros casi intactos por un extraño giro del destino.
Por qué es especial
Dado el nombre y el contenido, quizá "especial" no sea el primer adjetivo que le venga a la mente, pero no se deje engañar: este lugar es ante todo una iglesia consagrada, y un depósito de tesoros artísticos como un fragmento de un fresco antiguo. La propia sala donde están las momias es un lugar que respeta a los protegidos por los santuarios. El fenómeno de la momificación es de interés científico, pero también médico y antropológico, ya que nos cuentan cómo vivía la gente antaño, cómo nacían o morían, qué enfermedades padecían, las condiciones de vida en los distintos estratos sociales... Y todo ello con su eterno silencio.
Para no perderse
Es casi seguro que el guía, al final de su relato, intentará ofrecerle un objeto muy especial encontrado en la sala de las momias... ¿Resistirá la tentación?
Un poco de historia
La iglesia data de 1380 y fue originalmente un oratorio privado adosado a la casa del matrimonio que la mandó construir: Cecco di Cola y Antonia di Filippuccio da Durante. Por eso se llamó inicialmente Capilla de Cola. En 1804, con el edicto de Saint Cloud, Napoleón ordenó trasladar a los difuntos a cementerios extramuros por una cuestión de higiene. El cementerio de la iglesia, confiado a la Cofradía de la Buena Muerte, también fue objeto de exhumación para su traslado. Fueron los miembros de la cofradía quienes realizaron el extraordinario y misterioso descubrimiento y se encargaron de acondicionar un espacio para albergar los cuerpos momificados, donde aún descansan hoy.
Curiosidad
Se dice que no es fácil asomarse al corazón de los hombres, pero en nuestro caso este dicho no es del todo cierto. De hecho, el moho que conservaba los cuerpos no se limitaba a su aspecto exterior; los músculos, tendones y órganos internos también estaban deshidratados. ¿No se lo cree? Espere a llegar al final de la explicación del guía y verá algo que no se ve todos los días.
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