Cena en Emaús

Leemos el lienzo

"Jacopo se pone manos a la obra. El lienzo es arriesgado por muchas razones. Demasiadas. Escenifica el final del relato evangélico. Los discípulos están cenando con el Huésped desconocido que les acompañó en el viaje. Sobre la mesa hay una copa de vino tinto y cerezas de Marostica, signos de la pasión. Sobre una vara de hierro, una golondrina -demasiado temprana en la estación- simboliza la resurrección. Al fondo, la Grappa y la vida cotidiana que transcurre lentamente, siempre igual: un hombre descansa al pie de un árbol, dos amantes bajo un nicho despreocupados de todo, los criados en la cocina preparando la comida moviendo curiosamente una cortina. Quizás el primero en captar el prodigio que tiene lugar en la normalidad de un día ordinario. Un gato, figura satánica, acecha la fe, dormitando como el perrito a los pies de uno de los discípulos".

Ecos de la historia contemporánea, leídos entre líneas

"Los dos discuten, sin percatarse aún de los dedos levantados en el gesto de bendición que revelará la naturaleza divina del Huésped. Tal vez Jacopo haya intuido la crisis que se avecina y la disputa entre los discípulos aluda al choque de facciones que están a punto de enfrentarse: Reforma y Contrarreforma iniciarán un agrio enfrentamiento que durará medio siglo. Cristo está en el centro, casi olvidado, los contendientes le ignoran, atrapados en la controversia. El debate es reñido pero civilizado, la escena tiene tonos tranquilos, prudentes, los volúmenes son armoniosos, de colorido compuesto. Es un recuerdo difuso que devuelve el espíritu de una vida cotidiana sencilla, rural, insensible a las querellas y veleidades de los poderes mundanos."

Equilibrado

"El cuadro es un equilibrio milagroso. Una síntesis teológica comprensible para todos. Los temas de actualidad y las alusiones doctrinales están dosificados con medida. El artista evita cualquier riesgo, ay de él si se desliza hacia posturas peligrosas. Jacopo no toma partido, hay demasiado en juego. La propia Iglesia aún no sabe cuál será su futuro. Será necesario un nuevo Concilio, en Trento, en las tierras más afectadas por la rebelión, para trazar el camino a seguir."