Castillo y Museo Arqueológico de Vulci

No hay que perderse: el Puente del Diablo

Este puente jorobado, con su arco alto y ancho, lleva siglos cruzando el río Fiora, incluso antes de que se construyera el castillo. No lo cruce con prisa, pero tómese un momento para admirarlo: fueron los romanos quienes lo construyeron, inicialmente sólo estaba destinado a sostener el acueducto de la antigua ciudad de Vulci, pero más tarde se reforzó para que pudiera soportar el paso de personas y vehículos. Al igual que el castillo, está construido en toba y es de color oscuro, lo que lo convierte en un elemento fascinante en las fotos tomadas aquí.

Un poco de historia

Los dos nombres del castillo recuerdan dos fases importantes de la historia de la zona: Vulci es la antigua ciudad etrusco-romana que se alzaba aquí, mientras que "badia " hace referencia a la desaparecida abadía dedicada a San Mamiliano, sobre cuyas ruinas se construyó el castillo. Hoy como ayer, ésta es una zona fronteriza: entre el Lacio y la Toscana, entre el Reino Papal y el Gran Ducado de Toscana. La construcción de una fortaleza aquí no es sorprendente, como tampoco lo son las constantes disputas y cambios de propiedad. En la actualidad, el castillo es propiedad del Estado italiano y alberga el museo arqueológico desde 1975.

Curiosidad: el diablo y el fantasma

El Puente del Diablo toma su nombre del hombre que, según la leyenda, fue su arquitecto. Supuestamente, el mismo diablo lo construyó en una noche con la esperanza de llevarse el alma de la primera persona que lo utilizara. Por desgracia para él, los lugareños hicieron que el puente lo inaugurara un animal. Pero el diablo no es el único al que temer en estas costas: al parecer, también hay un fantasma, el del temido bandolero Luciano Fioravanti, asesinado en 1900. Así es como este rincón de la Tuscia Viterbese se revela como un lugar de increíble belleza, historia antigua y magia.