SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Cuando te paras en la orilla del lago Turano, puedes ver, entre otros, el monte Antuni. Lo reconoces porque se adentra en el lago como una península, pero también, y sobre todo, porque mirando más de cerca te das cuenta de que lo que hay en la cima no son sólo rocas, sino casas, edificios de un pequeño pueblo medieval. Hay que subir las laderas de la montaña y cruzar el arco de las antiguas murallas para darse cuenta de que el pueblo está construido alrededor de la pequeña plaza con el palacio del señor, la iglesia y las pocas casas de los campesinos.
Por qué es especial
Si eres un amante de los pueblos y ya has visitado varios, enseguida te darás cuenta de que aquí hay algo inusual: no hay flores en las ventanas, ni ruidos ni olores en las calles. Sólo silencio, y la extraña sensación de estar en un lugar que no vive uno, sino dos pasados. Las estructuras medievales nos cuentan fragmentos de la vida antigua, pero los atisbos que presentan hablan de una época muy distinta: la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos y un final abrupto e inmediato. Y Antuni es hoy una ciudad fantasma.
Para no perderse
Tratándose de un pueblo deshabitado, parece un poco extraño que, a poca distancia, pueda existir un lugar aún más recóndito: descendiendo por una ladera de la montaña, se llega a la Ermita de San Salvatore. Situada cerca de la orilla, establece un vínculo muy profundo entre el hombre y la naturaleza. En efecto, los frescos del interior se contraponen a las rocas de la ladera y a las plantas aromáticas que crecen abundantemente en los alrededores. Todo ello arrullado por el sonido de las aguas circundantes.
Un poco de historia
Según documentos antiguos, el Castrum Antoni se fundó a principios del siglo XI. En 1092 figuraba como propiedad de la abadía de Farfa. Más tarde, pasó a la familia Brancaleoni y luego se sucedieron muchas familias en su propiedad. En el siglo XIX, el Borgo di Antuni perteneció a los Principi del Drago hasta 1992, cuando pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Castel di Tora. Mientras tanto, en 1944, el pueblo fue bombardeado por aviones aliados, se dice que por error, siendo el puente de abajo el verdadero objetivo. Los daños fueron tan graves que la población acabó abandonando el lugar, que se convirtió en un auténtico "pueblo fantasma".
Curiosidad
El deseo de reconstruir no sólo se manifestó en las restauraciones llevadas a cabo en la década de 1990. En 2015, se recuperaron piedras de la cima de la colina y se dispusieron ordenadamente para formar un camino circular. Es un laberinto, de esos en los que es imposible perderse, porque el camino se envuelve sobre sí mismo. Este tipo de laberinto no requiere sentido de la orientación, sino paciencia y perseverancia para encontrarse a uno mismo y su centro, en un viaje simbólico de meditación y renacimiento.
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