SHARRYLAND
Blumari de Montefosca
Las tradiciones ancestrales resuenan en las montañas
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Chaqueta y pantalón blancos, calcetines blancos de lana, zapatos negros. En la cabeza un sombrero de paja en forma de cono terminado en un tallo central y pequeños tallos que sobresalen del primero, todo ello adornado con borlas de papel de colores. Un alpenstock en la mano para ayudar a la marcha. Atados a la espalda llevan tres cencerros, que acompañan con su sonido cada movimiento. Este es el atuendo de los Blumari. Su misión es completar su carrera sin caerse nunca. Testigo impasible de cada caída es la blancura de las túnicas: se necesita muy poco para ensuciarlas, así que ¡cuidado!
Por qué es especial
Montefosca es una aldea pulfera situada en las montañas, cerca de la frontera con Eslovenia. La cultura de esta zona se basa en la cultura eslava y hunde sus raíces en la antigüedad. El carnaval también vive de estos matices. Las máscaras y tradiciones que uno se encuentra son muy especiales. Los Blumari, por ejemplo, desafían al frío y al cansancio, difunden colores y sonidos y resisten impertérritos el paso del tiempo. Cuando vea un Blumar corriendo hacia usted, sepa que está ante la última de las máscaras tradicionales del carnaval montefosca.
Imperdibles
Corren entre Paceida y Montefosca, nunca deben caerse y deben repetir tantas vueltas al recorrido como participantes Blumari haya, tradicionalmente nunca menos de 5 y nunca más de 11. Los colores de sus sombreros y el sonido de sus cencerros parecen querer despertar a la montaña de su letargo invernal, anunciando la primavera. La carrera, de hecho, tiene lugar al final del carnaval, el último domingo, para ser exactos, cuando se acerca el buen tiempo.
Un poco de historia
La tradición dicta que sólo los hombres en edad de casarse deben calzarse los zapatos de los Blumari. Hoy en día, sólo tienen que correr sobre asfalto, tierra, pendientes y, según el año, cubiertos de nieve y hielo. Antaño, había otros obstáculos que superar y, al igual que hoy, pobre de aquel que se cayera. Una verdadera prueba de resistencia, como para marcar el paso de la juventud a la edad adulta. Quién sabe, ¡quizás esta fiesta no sea más que el recuerdo de un antiguo rito de iniciación!
Curiosidades
Las vistosas borlas del sombrero recuerdan a flores mecidas por el viento. No es de extrañar, pues, que el nombre Blumar se parezca tanto a "blume", flor en alemán.
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