SHARRYLAND
Tan hermoso como un prado en flor en primavera".
Los frescos de Salimbeni en el Oratorio de San Juan Bautista
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
Subiendo con la nariz por la escalinata de San Giovanni, por las callejuelas del corazón de Urbino, nos maravillamos al ver los Torricini del Palacio Ducal asomando por los tejados y casi echamos de menos esa modesta puerta de madera coronada por un rosetón. Pero cuando entramos... Un torbellino de caballos enjaezados y soldados en armas, lanzas y estandartes al viento, y luego mujeres, niños, ancianos barbudos, nos succiona hacia el altar y esa cruz esbelta y elevada rodeada de ángeles llorosos. Estamos ante una de las mayores y más extraordinarias obras del arte gótico flamígero: la Crucifixión de los hermanos Salimbeni. Pero eso no es todo.
Por qué es especial
En cuanto volvemos la mirada, comienza la historia de la vida de Juan Bautista, que se despliega plácida e imponente por toda la pared izquierda del Oratorio... Sentémonos. ¡Hay tanto que ver! Nueve grandes paneles traducen la palabra del Evangelio en imágenes para el pueblo pobre: Zacarías recibiendo el anuncio del arcángel Gabriel y siendo castigado por él con el mutismo por haber dudado; el encuentro entre María e Isabel, el nacimiento y la circuncisión de Juan, la predicación, el bautismo de Jesús y de otros creyentes en las fecundas aguas del Jordán... Aquí se detiene la historia. Será otro pintor, años más tarde, quien la retome -pero con mano menos refinada- en otra pared del oratorio y la lleve a su trágico epílogo, con Salomé pidiendo y obteniendo la cabeza de Juan.
Para no perderse
El mundo que sirve de fondo y contorno a las representaciones sagradas es extraordinario. Alrededor de los nobles con curiosos tocados y suntuosas vestiduras, las mujeres llorosas reunidas en torno a María, la batalla encarnizada, indiferente al sacrificio de Cristo, la Naturaleza invade cada espacio con su infinita variedad. ¿Ha intentado contar cuántos animales hay pintados en estas paredes? Está el pelícano: en lo alto del centro, simboliza el sacrificio de Jesús. Y luego caballos, peces, perros, pájaros, e incluso dos cervatillos, un lobo y una liebre que -¡juntos! - observan la escena ocultos en la espesa vegetación. Sin olvidar el escorpión y el demonio de alas verdes sobre la cruz del ladrón. ¿Y te has fijado en la variedad de plantas, flores y hojas y en el cuidado miniaturista con que están pintadas?
Un poco de historia
La Crucifixión y el Ciclo de San Juan, así como las preciosas Madonnas del lado izquierdo del Oratorio, fueron pintados entre 1416 y 1420 por los hermanos Jacopo y Lorenzo Salimbeni. Los Salimbeni figuran entre los mayores protagonistas del "gótico flamígero" italiano, o gótico internacional, la estación que cerró la Edad Media y precedió al Renacimiento. El Oratorio de San Giovanni está muy cerca de la casa natal de Rafael (1483-1520). Es fácil imaginárselo, de niño, rezando en este Oratorio, encantado durante horas ante tanta maravilla, encontrando en él inspiración y ejemplo.
Curiosidades
Entre los animales representados, destaca un perro (de hecho, ¡más que un perro!) y se le relaciona de algún modo con significados de purificación: aquí lame la cara de un niño, allí se rasca el hocico con la pata trasera, despreocupado del fragor de la batalla; en otras escenas lo sorprendemos limpiándose el trasero o durmiendo bajo la cama de una parturienta (considerada impura durante 40 días después del parto), mientras que en el río se agacha sobre la ropa abandonada en la orilla por sus dueños, ahora sumergidos en el agua para recibir el bautismo de Juan.
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