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¿Dónde está?
¿Qué es el Arco de Jano y dónde está?
En el palpitante corazón de Roma, entre los restos del antiguo Foro Boario, se alza el imponente Arco de Jano, una estructura que llama la atención por su peculiar arquitectura y el encanto que desprende. Construido en el siglo IV d.C., este monumento fue erigido probablemente a instancias del emperador Constantino, en una época en la que la antigua Roma vivía sus últimos siglos de gloria. El Arco de Jano no está dedicado al dios de las dos caras, como podría pensarse, sino que el término "Jano " deriva del latín "ianus", que significa pasadizo o puerta cubierta.Por qué es especial: las cuatro caras del arco
La estructura de cuatro arcos (llamada " arco de cuatro lados " porque en realidad tiene cuatro caras) hace que el arco sea único en la arquitectura romana, distinguiéndolo de todos los demás arcos de triunfo tradicionales. Su posición estratégica en el Foro Boario, cerca de la Cloaca Máxima y del Tíber, lo convertía en paso obligado para mercaderes y ciudadanos. Se cree que este monumento, con sus numerosos nichos que antaño albergaban estatuas, fue diseñado para celebrar a emperadores y dioses, sirviendo también como lugar de encuentro.
No se lo pierda: una visita desde diferentes ángulos
El Arco de Jano es una maravilla para contemplar desde distintos ángulos y a distintas horas del día. Una vez visto durante el día, hay que volver también al atardecer, tras la puesta de sol: es en este momento cuando se aprecia la iluminación especialmente creada para dar realce y color a sus formas. Pero otro consejo es buscar un punto de observación desde lo alto, un bar en la azotea, una terraza panorámica... para poder ver la parte superior del Arco: antiguamente había aquí un ático, demolido en el siglo XIX porque se creía que era un añadido medieval. En realidad, formaba parte de la estructura romana original.
Un poco de historia
El Arco de Jano ha pasado por muchas épocas y culturas: construido durante la época constantiniana, se transformó posteriormente en la Edad Media, cuando también se utilizó como fortaleza, símbolo de la naturaleza cambiante de la ciudad eterna. A lo largo de los siglos, este monumento ha experimentado cambios significativos, perdurando hasta nuestros días como una ventana que se asoma a la Roma de la Antigüedad tardía, recordando un pasado de grandeza.
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