SHARRYLAND
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
La meseta de Manie es un paraíso verde no lejos del mar, pero mucho más arriba. De hecho, esta extensión de prados se encuentra a unos 285 metros de altitud y forma una inmensa terraza con vistas al mar de Liguria. Esta tierra fértil y generosa es hoy un lugar privilegiado para senderistas y ciclistas gracias a los numerosos senderos que la atraviesan, pero su aspecto bucólico no nos dice toda la verdad: hay muchos lugares ocultos que guardan secretos tan antiguos como el tiempo.
Por qué es especial
De hecho, la meseta está salpicada de numerosas cuevas, algunas de las cuales conservan vestigios de un pasado tan lejano que se remonta al Paleolítico. Es realmente emocionante entrar en ellas y sentirse, aunque sólo sea por un momento, transportado a los albores de nuestra especie.
Imperdible
Uno de los lugares más evocadores de la meseta es la cueva Arma de Le Manie. En su interior se han desenterrado varios hallazgos arqueológicos que documentan la habitación humana entre el Paleolítico y el Neolítico. Pero a medida que los tiempos cambiaron, el uso de la cueva también evolucionó: aún se pueden ver estructuras construidas por pastores y agricultores para que este entorno les sirviera de refugio a ellos y a sus bestias. Todo ello hace de la cueva del Arma delle Manie un verdadero cofre del tesoro de la historia ancestral y cultural de la zona.
Un poco de historia
Los hallazgos apuntan a una historia que va mucho más allá del mundo antiguo, remontándose hasta hace 350.000 años, un periodo prehistórico que se remonta al Homo heidelbergensis, la especie humana más antigua que habitó la zona de Finale. Desde la Antigüedad, muchos se disputaron la meseta. Incluso los romanos se encariñaron con estos lugares. En la meseta de Isasco, por encima de Varigotti, se ha descubierto una necrópolis que data de entre los siglos I y VII d.C.
Curiosidad
Otra cueva de gran importancia por los vestigios del pasado que guarda es la Grotta delle Fate. Ésta también estuvo habitada por el Hombre de Neandertal, pero aquí encontramos vestigios de otro habitante bastante peculiar: un oso de las cavernas. Su esqueleto completo se encontró aquí y se expone en el Museo Arqueológico de Finale. Los estudiosos creen que perteneció a un ejemplar que vivió hace entre 200.000 y 20.000 años, que eligió la cueva de la meseta para hibernar.
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