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Abadía de San Martino delle Scale
Un pueblo con su abadía y su comunidad de monjes benedictinos
¿Dónde está?
Qué es y dónde está
"Hoy, ascendiendo la montaña, hemos ido a Monreale. El camino, construido por un abad de ese monasterio, antaño muy rico, es estupendo, muy fácil de subir, bordeado aquí y allá de plantas, y sobre todo de varias fuentes..." escribió Goethe en 1787. Estamos a unos 10 km de Palermo, en el pueblo de San Martino delle Scale, situado en una zona montañosa rica en bosques, con una hermosa vista de la costa y el mar. Aquí se encuentran la basílica abacial de San Martino delle Scale y el monasterio contiguo, confiados a los monjes benedictinos de la Congregación Cassinesa de Subiaco.
Por qué es especial
Entramos en la basílica. Alta, austera, fresca y silenciosa, la basílica nos transmite inmediatamente una sensación de paz y recogimiento. Nos parece escuchar los cánticos de los monjes y los cantos litúrgicos acompañados por el magnífico órgano monumental, colocado en la pared central del coro de madera de finales del siglo XVI, que nos hechiza con sus 68 sitiales y su enorme facistol, finamente decorado en bajorrelieve por artistas napolitanos. En las dos paredes laterales del coro hay seis grandes cuadros del pintor Paolo De Matteis, todos fechados entre 1726 y 1727.
Visita obligada
La abadía es un vasto cuadrilátero dividido en cuatro patios, con una grandiosa fachada principal orientada hacia Palermo. Al entrar en el monasterio, encontramos el conjunto escultórico que representa "el río Oreto" y la estatua de mármol blanco que representa a San Martín de Tours en el acto de compartir su capa con un pobre, obra del palermitano Ignazio Marabitti. Paseamos por el claustro principal, llamado de San Benito por la estatua del santo que hay en el centro, y visitamos la sala capitular, el refectorio, el dormitorio, la botica, la pinacoteca, la biblioteca...
Un poco de historia
Según la tradición, fue Gregorio Magno, en el siglo VI, quien fundó la abadía, destruida más tarde por los sarracenos en el siglo IX, pero no hay fuentes seguras hasta 1347, cuando la cancillería del arzobispo de Monreale redactó el acta de fundación y dio el nombre del primer abad, el beato Angelo Sinisio. Del siglo XVI al XVIII, la abadía fue un animado centro cultural, artístico y religioso y sufrió intervenciones arquitectónicas e incluso remodelaciones radicales. Hoy en día existe una comunidad monástica que vive según la regla benedictina: Ora et Labora.
Curiosidades
Antes de partir, hacemos una parada en la Bottega Monastica, donde nos esperan galletas, miel y cremas elaboradas por los monjes de varios monasterios, así como la cerveza premiada de la abadía con un nombre que lo dice todo: Hora Benedicta.
Para organizar el viaje
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