6 razones para enamorarse de Cuglieri

3. Domus de janas y nuraghi: ecos del Neolítico y la Edad de Bronce

Los monumentos funerarios son a menudo los que nos permiten evocar nuestro pasado más antiguo. Este es también el caso aquí: hay muchas domus de janas. Busque Fanne Massa con sus siete cuevas horno, Pittudi, Sa grutta de Serruggiu y, en particular, Sa spelunca de nonna, con un atrio, una celda semicircular con bóveda radial y dos alcobas. También abundan las tumbas de gigantes, por ejemplo Oragiana y Oratanda, rodeadas de betili (piedras sagradas). Y en el vasto territorio de Cuglieri también hay numerosos nuraghi: ¡hay más de sesenta! ¿Algunos nombres? Oratiddo, Nuraghe Maggiore, Baragiones, Mannigos, Frommigas y Uglieras. ¡Felices exploraciones!

4. Cornus, la época de los romanos

Para descubrir el antepasado de Cuglieri, hay que ir entre las aldeas costeras de Santa Caterina di Pittinuri y S'Archittu. Aquí nos esperan las ruinas de Cornus, la ciudad que vio aliarse a sardos y púnicos contra los romanos. Estas ruinas son increíbles: hablan de tiempos envueltos en el misterio, del drama de la conquista romana, de la persecución de los primeros cristianos y, gracias a la presencia de numerosas tumbas romanas, de tradiciones funerarias que han sobrevivido a los siglos.

5. Casteddu Etzu, la Edad Media

En una cima del Montiferru se alzan las ruinas del Castello del Montiferru o Casteddu Etzu. Restos de murallas defensivas, torres y algunas estructuras subterráneas, probablemente cisternas. No es gran cosa, pero cuenta la historia medieval de la zona: construido a finales del siglo XI, tenía una función defensiva y permaneció activo hasta su abandono en 1670. Hoy es un mirador fascinante: la vista de 360 grados del mar y el interior se ve realzada por esa pátina suave y melancólica de los testigos abandonados del pasado.

6. Sa Tanca Manna, el olivo milenario

De todos estos increíbles testigos de la historia, uno es realmente especial porque está vivo: Sa Tanca Manna, el olivo silvestre milenario que no se dejó conquistar ni siquiera por los incendios que asolaron Cerdeña. Quemado hasta los cimientos en 2021 y dado por perdido para gran tristeza de toda la comunidad, contra toda esperanza razonable el gran patriarca, gracias a los cuidados de voluntarios y botánicos, ¡dio nuevos y esbeltos brotes al cabo de un año! Por eso se ha convertido en un símbolo de esperanza y resistencia para toda Cerdeña. Y para todos nosotros.

¿Se acaba aquí? Por supuesto que no.

Hay mucho más por descubrir, sobre las celebraciones de Semana Santa, el culto mariano, el carnaval, el aceite y las panadas... Pero esa es otra historia y se la contaremos en otra ocasión.