Trashumancia y fiesta de otoño en Riva di Tures

Desde hace muchos años, la trashumancia de Riva di Tures es un acontecimiento muy conocido en el Tirol del Sur. Vacas, terneros, bueyes, toros, cabras, ovejas, perros y gatos se apresuran a llegar a su establo de origen, guiados por un pastor encantado de reencontrarse con los suyos después de tantas semanas en los Alpes. Bien alimentadas y descansadas, las bestias esperan con impaciencia el final de la temporada de pastoreo en la montaña, tanto como han anhelado la ascensión dos meses antes. Y los ganaderos, igual de ansiosos por lucir sus espléndidas bestias, aprovechan entonces para celebrar una fiesta de fin de temporada. La trashumancia significaba antaño gratitud por haber pasado el pasto sin pérdidas ni desgracias y porque los animales habían encontrado pastos suficientes. Por ello, las vacas más hermosas se adornaban con creaciones artísticas, con un pequeño espejo en su interior para alejar los malos espíritus, un crucifijo para pedir la protección de Dios y rosas alpinas, cardos y ramitas de mugo para la belleza. Esta costumbre se ha transmitido hasta nuestros días, y los organizadores de la trashumancia de Riva la cuidan con dedicación desde hace generaciones. El domingo, hacia el mediodía, todo el mundo acude a la plaza, una impresionante y divertida procesión muestra a animales y hombres unidos por la cultura y la historia. La música, los bailes folclóricos y las delicias locales hacen de la trashumancia una fiesta para jóvenes y mayores. El sábado se inaugura el evento, mientras que el domingo comienza con un concierto matinal, y después es aconsejable tener las cámaras preparadas...